Maminat, cosméticos para todas las pieles

Maminat nació en 2017 cuando a su fundadora, Natalia Olmo, le diagnosticaron un problema de acné cosmético en la piel. Su trabajo como presentadora de programas e informativos en medios de la Comunidad Valenciana la hacían pasar cada día por maquillaje. “Descubrí que lo podía tratar con cosméticos naturales y me apunté a un taller para aprender”, recuerda Olmo. Una formación que siguió perfeccionando con cursos de cosmetología y aromaterapia, y comprobó que lo que había empezado como un pasatiempo le abría la puerta a un nuevo proyecto de vida y de negocio. “Mis amigos me pedían que pusiera un precio a los cosméticos que hacía, pero esto no era suficiente para gestionar el producto. Había que contar con un laboratorio, un profesional sanitario responsable, certificar el producto… y una inversión económica grande. Estas eran las reglas del juego”, afirma.

Para poner en marcha su iniciativa, en la que invirtió 100.000 euros, entró en el programa Garaje de Lanzadera respaldado por Juan Roig en 2017 que le reportó un préstamo participativo no convertible a interés cero de 27.500 euros. Un dinero que le permitió contratar a una persona que la acompañara durante un año. “Es una oportunidad cuando no sabes si te va a funcionar la empresa”. También muestra su agradecimiento a su paso por Las Naves, un centro de Innovación del Ayuntamiento de Valencia, durante 2020 y 2021, en el que cuenta que fue consciente de la importancia de estar en un proceso de aceleración empresarial. En noviembre de 2017 lanzó su primer lote de productos con tres cremas de cara y tres champús. Fabricados con un 96% de ingredientes naturales como aceite de oliva, lavanda, romero o cítricos, el 70% de su producción se elabora en un laboratorio propio y el resto en uno subcontratado. “Es necesario porque hay empresas con fórmulas más desarrolladas que le dan una visión diferente”, subraya.

Hoy cuenta con 42 referencias para adultos con el contorno de ojos, el protector solar y el sérum regenerador como los más vendidos, y dos para bebés (una crema y un gel champú) que forman parte del lanzamiento de una nueva gama para niños. Esto, junto con otras líneas permanentes como una para embarazadas o para personas en tratamiento oncológico, complementan la oferta de Olmo. Los clientes de Maminat son, sobre todo, mujeres de entre 32 y 50 años, aunque cada vez hay más hombres interesados, señala. Sus productos son unisex, porque, asevera, que la cosmética dividida por sexos es puro marketing. “Las necesidades de la piel son las mismas, lo único diferente pueden ser los aromas o las texturas. Incluso retiré una crema facial para hombre cuando comprendí que era un sinsentido”. Con tres empleados, han facturado 400.000 euros, de los que un 90% llega desde el canal online y el resto desde tiendas físicas. Sus productos específicos para el rostro concentran el grueso de las ventas con un 45%. Sus compradores están en España, especialmente en Cataluña y Madrid. Fuera se pueden adquirir en Portugal y acaba de pasar registro sanitario para vender en EE UU. Mientras, durante este año exportará una gama de 12 productos a Japón con la colaboración de un socio local. Aun así, Olmo dice que en España le queda mucho por explorar. Entre sus previsiones está poner en marcha una ronda de financiación o conseguir un socio con capital para captar nuevos clientes y escalar la marca. “Se me han acercado varios fondos, pero, de momento, les he dicho que no, no los veía interesantes”, finaliza.