Diversificar mercados: la respuesta ante un escenario comercial incierto
Las empresas españolas deben apostar por expandirse, impulsadas por la digitalización y la sostenibilidad, según los expertos

El escenario comercial marcado por la tensión y la incertidumbre — entre la imposición de algunos aranceles y otras muchas amenazas pendientes de consolidar por parte de la Administración de Trump — han puesto al tejido empresarial español en guardia. El panorama cambiante ha obligado a cambiar los planes de las firmas en el corto y en el medio plazo, aunque algo está claro: la mejor forma de navegar estas aguas pasa por diversificar los mercados internacionales, en base a estrategias ligadas a la digitalización y a la sostenibilidad. Este es una de las conclusiones de la última edición de Foro Futuro, el Observatorio de Tendencias Económicas creado por Santander y Cinco Días, en el que participaron tres expertos: Amparo López Senovilla, secretaria de Estado de Comercio; Beatriz Reguero, directora de Área de Operaciones por cuenta del Estado de Cesce, y Jaime Uscola, responsable de negocio internacional del Banco Santander.
El robusto sector de los servicios español y una economía menos volcada a los sectores tradicionales invitan a pensar que España está mejor preparada para afrontar la incertidumbre. Uscola apuntó, que tras unos años de crecimiento y con unas bases de colaboración público-privada sólidas, “el peso específico del sector exterior sobre el PIB todavía tiene un recorrido grande en España”. López Sevilla coincidió, y aseguró que la economía nacional está menos expuesta al mercado estadounidense que otros países vecinos, pero evidentemente la guerra comercial tendrá un impacto, no sólo directo sino también por la afectación a socios comerciales.
En este contexto, los tres expertos coinciden en que la solución no pasa por sumarse a la ola de proteccionismo, sino en apostar por expandirse a nuevos mercados. “El 99% de la población mundial está fuera de España, y más del 99% del PIB mundial sigue estando en el exterior, por tanto, las oportunidades siguen estando ahí”, afirmó Uscola. Por su parte, Reguero señaló que, aunque no es tan fácil medir los efectos de estas tensiones, recientemente hay un incentivo muy grande para acortar las cadenas de suministro y para segmentar los mercados. “Es evidente que las empresas incorporan cada vez más en sus decisiones, tanto de inversión como de exportación, elementos geoestratégicos”, precisó. Por lo que el reto consiste en evitar reducir la diversificación de mercados en la que muchas empresas españolas han ido trabajando en los últimos años, e incluso potenciarla.
En esta línea, López Senovilla explicó que desde el Gobierno y la Secretaría de Estado de Comercio, ya se han mantenido diversas reuniones con los sectores de aluminio y del acero — que, de momento, son los únicos en los que se han hecho oficiales las tarifas — así como con otros sectores que se pueden ver afectados como el agroalimentario o el de la automoción. Remarcó que expandir los horizontes comerciales es una de las estrategias más importantes, no sólo para España, sino para la propia Unión Europea. La postura del bloque y de España en este contexto es constructiva y de negociación, “más con un socio de la importancia a todos los niveles como Estados Unidos”. Un ejemplo de la hoja de ruta comunitaria es la suscripción de tratados como el acuerdo político con Mercosur, entre otros.
La guerra comercial no beneficia a ninguno de los actores, “ni a los países que pueden sufrir eventuales aranceles, ni al que los impone, porque estos van a significar precios más caros y menos posibilidades de acceso a los consumidores”, según López Senovilla. Sin embargo, indicó que en el caso en que no se llegue a un acuerdo se dará una respuesta coordinada: “Tampoco vamos a permanecer impasibles si hay aranceles que resultan perjudiciales a nuestra economía y son sobre todo injustos”, afirmó. Entre las primeras determinaciones está la recuperación de las medidas de rebalanceo que ya se plantearon cuando se impusieron aranceles por la anterior administración norteamericana, en 2018 y 2020, anticipó.
Pese al acercamiento con América Latina, para Reguero esta región continúa siendo uno de los mercados con más potencial de crecimiento. “A mí me sorprende mucho, en nuestra cartera de riesgo Latinoamérica tiene muy poquito peso, cuando hace años era muy relevante”, reflexionó. También aprovechó para destacar otras zonas de oportunidades como África o Asia. Por su lado, López Senovilla cree que en circunstancias complicadas, los acuerdos comerciales que llevaban tiempo atascados se impulsan. “Está ocurriendo con el acuerdo con India, que está avanzando”, apuntó.
La volatilidad de las divisas
Para Uscola, en esta situación se juega todo lo que hacen las empresas nacionales en el exterior y la transaccionalidad de sus operaciones, con el riesgo que implica, por lo que el aseguramiento en el cobro es fundamental. Por otro lado, enfatiza la importancia de las inversiones de compañías que han optado por montar una filial fuera y convertirse en una multinacional. En todo este panorama, se introduce una variable de carácter transversal: la volatilidad de las divisas.
Uscola mencionó la depreciación del dólar en el inicio del año y su impacto en los flujos comerciales, no sólo con Estados Unidos sino en el mundo entero. “Al final, si tú estás cerrando operaciones de exportación, algo muy concreto, a 90 días o 120 días y el tipo de cambio te varía, pues tu margen comercial se puede ver alterado”, explicó. “Un incremento de la política arancelaria puede generar una inflación, lo que puede generar un impacto en los tipos de interés y estos inciden en gran manera en los tipos de cambio”.
Reguero afirmó que esta inestabilidad genera incertidumbre en cuanto al acceso a financiación, tanto para las empresas como para los bancos que las respaldan. Por lo que “es muy importante tener la cabeza fría y no reaccionar ante anuncios que muchas veces todavía no se han consolidado; entender que aquí hay una parte de juego político que supera a la parte más económica”. Ante esto, el responsable de negocio internacional de Santander resaltó el rol de los instrumentos financieros de cobertura a los que debe sumarse un buen asesoramiento para los empresarios. “Es fundamental un buen diagnóstico del mercado, del nivel de exposición al tipo de cambio y una adopción de una política de cobertura”, explicó.
España como foco de inversión
Además del negocio español fuera de las fronteras, los expertos también pusieron la lupa sobre la capacidad del país de atraer inversión extranjera. Para Uscola, España tiene una ubicación geoestratégica ideal. “Puede desempeñar un papel como puente entre Europa y América Latina y ser también la puerta de entrada a África, tenemos una ubicación privilegiada”, mencionó. López Senovilla también destacó una serie de factores cómo “un mix energético y una mano de obra altamente cualificada con carácter general que hacen de España un país interesantísimo en cuanto a destinos de capital”.
La Secretaria de Estado de Comercio apuntó que el que las exportaciones se vean afectadas se puede traducir en mayor inversión extranjera en España. “Es algo que tenemos que seguir fomentando, seguir haciendo que se den las condiciones de estabilidad, de seguridad jurídica y económica”, declaró. También citó los esfuerzos del Gobierno por mejorar los sistemas de logística y una mayor integración en las cadenas de valor. Además, resaltó el apoyo a la formación de talento para la internacionalización — por medio de iniciativas como la beca ICEX— como una fuente de profesionales preparados para asistir a las pymes en sus procesos de expansión de mercados.
El reto de la digitalización
Los ponentes coincidieron en que la diversificación debe echar mano de todas las herramientas posibles y que la digitalización es fundamental para este proceso. “Lo que nos ha demostrado la pandemia, es que la digitalización y la internacionalización son las dos palancas que hacen a las empresas y en particular a las pymes más resilientes”, señaló López Senovilla. “Esto nos hace mucho más eficientes en un proceso de búsqueda de nuevas oportunidades y de nuevos clientes. Antes tenías que coger la maleta y tirarte una semana afuera, hoy hay mucha parte de ese proceso digitalmente pues puedes realizarlo desde España de una forma muchísimo más eficiente”, apuntó Uscola.
La tecnología puede ayudar a encontrar nuevo clientes y puede ayudar a perfeccionar los procesos internos dentro de la compañía y poder reinvertir esa capacidad, según el experto. Pero reconoció que el verdadero desafío es simplificar el acceso a la tecnología para los emprendedores. ”El tamaño de las empresas en España, comparado con nuestros competidores, es menor”, explicó y añadió que, en muchas ocasiones, para que un proyecto empresarial internacional sea rentable hace falta estar dos o tres años invirtiendo fuera. “Si tienes una dimensión más reducida eso te limita mucho”, acotó.
A propósito, desde la secretaría de Estado de Comercio remarcaron el rol del kit digital impulsado con los fondos NextGeneration, que intenta precisamente reducir la brecha entre las grandes firmas que ya han dado pasos para digitalizarse y las que no. Este programa —dotado con más de 3.000 millones de euros, que ha llegado ya a 550.000 operaciones— incidió en la implementación de herramientas de e-commerce y la incorporación de la inteligencia artificial. Así como la formación sobre la otra cara del avance tecnológico, la ciberseguridad. En este sentido, Uscola recordó la importancia de reforzar los procesos de seguridad y de validación de contrapartes en cualquier flujo comercial internacional. “Cuando antes viajabas le veías la cara a tu cliente y sabías que era él”, argumentó.
Empresas más sostenibles
En un intento por expandirse a más mercados internacionales, no se debe olvidar algunos de los aspectos más valorados por los consumidores en el último tiempo, la sostenibilidad. Además, una senda verde puede implicar un recorte en los costes. ”En definitiva, ser sostenible implica también un menor gasto energético, un menor consumo de agua y, por tanto, en un medio plazo, un producto más competitivo”, refirió López Senovilla.
Reguero celebra que muchas empresas españolas son líderes absolutas en procesos sostenibles y especialmente de energías renovables, con la ejecución de proyectos proyectos alrededor del mundo. “Somos más competitivos cuando somos más verdes y tenemos sectores enteros de la economía española dentro del área sostenible y de renovables que son absolutamente líderes en el mercado internacional”, afirmó. Aunque reconoce que el trabajo no está terminado y que hace falta ampliar los instrumentos que faciliten la transición energética a las empresas. “Es verdad que hay sectores que en sí mismos son muy verdes directamente, pero hay otros muchos que tienen que eficientar procesos con todo un coste incluido; nosotros también tenemos la capacidad de ayudarles a financiar estos procesos”, sentenció.
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