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Los fabricantes de coches confían en más concesiones de Bruselas para flexibilizar los objetivos de CO2

La patronal europea de automovilísticas se muestra satisfecha tras la reunión que ha mantenido con la Comisión este viernes. No hay unanimidad en el sector sobre qué camino tomar

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Manu Granda

El automóvil europeo quiere una flexibilización en los objetivos de emisiones, aunque no hay unanimidad sobre qué medidas habría que poner en marcha. Si se le pregunta a Mercedes-Benz, fabricante alemán, cuyo consejero delegado, Ola Källenius, es a su vez el presidente de la patronal europea de automovilísticas, ACEA, la firma de la estrella quiere quitar la prohibición de vender coches de combustión en 2035 y relajar los objetivos de emisiones de CO2 para 2030. Si se le pregunta a Renault, la francesa desea un cambio en el conteo de las emisiones para que se tengan en cuenta todas las emisiones desde la fabricación del coche hasta su achatarramiento, y no solo las del tubo de escape. Si se habla con otras marcas como Kia (es surcoreana, pero vende mucho en Europa) no quiere oír ni hablar de ningún cambio de cara a 2035 porque consideran que están invirtiendo mucho en movilidad eléctrica.

Con este panorama, el automóvil ha mantenido una reunión este viernes con la Comisión Europea de la que no ha salido nada en firme, pero con la que ACEA se ha mostrado satisfecha, según indican fuentes de la patronal a este periódico. “Coincidimos con la presidenta de la Comisión en que se requieren medidas audaces y rápidas”, ha indicado Källenius en un comunicado emitido por el lobby. “Nadie tiene más en juego en el éxito de la movilidad de cero emisiones que los fabricantes de automóviles europeos. Una Europa próspera nos necesita, y nosotros necesitamos una Europa próspera”, ha añadido el directivo, quien ha afirmado “que el abanico de soluciones” se está ampliando en relación con los objetivos de CO2 y que confía “en que el trabajo de los próximos meses” dará resultados. Semanas antes del encuentro, Källenius había firmado una misiva como presidente de ACEA, en la que insistía en que los objetivos de 2035 “no son viables” y que había “que recalibrar”.

Por su parte, la Comisión ha lanzado un escueto comunicado en el que reconoce que adelantará la fecha de revisión de los objetivos de 2030, que estaba estipulada para 2026, aunque no dice para cuándo. Además, Bruselas ha incidido en la importancia de acelerar en el ámbito de la conducción autónoma, donde China también va por delante y en el que EE UU ya está probando servicios de robotaxis.

“Los próximos dos años son decisivos para alcanzar el liderazgo tecnológico en vehículos conectados y autónomos. Una mayor cooperación y coordinación de las prioridades de inversión son cruciales para desarrollar software, hardware, modelos de IA y ecosistemas de conducción autónoma de fabricación europea. La Alianza Europea de Vehículos Conectados y Autónomos (ECAVA) servirá de foro para establecer una agenda común para la industria. La vicepresidenta ejecutiva, Henna Virkkunen, convocará la primera reunión a finales de octubre para iniciar el trabajo”, ha indicado la Comisión.

El Ejecutivo europeo le ha trasladado al sector que creará una etiqueta Made in Europe para los coches eléctricos pequeños, como medida para apoyar al sector en su batalla con las marcas chinas, las cuales pagan un arancel a día de hoy por traer sus eléctricos desde el gigante asiático. Esta categoría quedará posteriormente reflejada en las normas de CO2, según informan fuentes del gabinete del vicepresidente de la Comisión encargado de Industria, el liberal francés Stéphane Séjourné, a EFE.

Además, Bruselas inyectará 1.800 millones de euros en “los futuros campeones” de la industria europea de baterías, según dijo la propia presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, en su discurso en el Parlamento Europeo del miércoles. Con las cifras que maneja el sector parece una cantidad que se queda corta: por ejemplo, solo la planta de baterías que Stellantis y CATL levantarán en Zaragoza conllevará una inversión de 4.100 millones.

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Sobre la firma

Manu Granda
Redactor de la sección de empresas, especializado en el automóvil y en defensa. Como 'freelance', cubrió la temporada de incendios del verano 2019-2020 en Australia para EL PAÍS. Es graduado en periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos y cursó el Máster de periodismo de EL PAÍS.
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