La cumbre Trump-Putin mueve el mercado: baja la energía y suben las empresas ligadas a una reconstrucción de Ucrania
Los analistas de ING creen que una desescalada eliminaría el riesgo de sanciones al crudo ruso y abarataría los precios


El acuerdo de paz en Ucrania lleva meses figurando en numerosos análisis e informes financieros como una de las posibles sorpresas positivas que puede recibir el mercado este año, por lo que el anuncio de una reunión este viernes en Alaska entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el de Rusia, Vladímir Putin, para hablar sobre el final de la guerra, ya está teniendo impacto en los precios de los activos.
En el ámbito energético, el gas natural se mueve en zona de mínimos anuales en el índice holandés TTF, por debajo de los 33 euros por megavatio hora (MWh), tras acelerar su caída nada más conocerse la reactivación de las conversaciones. La semana pasada, su precio sufrió una caída del 4,5%, descontando que un eventual pacto para pausar el conflicto aliviaría los riesgos para el suministro energético. Y en el acumulado del mes la corrección es más visible, por encima del 8%, alejándose así de la cota de 58 euros que llegó a marcar el pasado febrero.
La distancia es mucho mayor si se vuelve la vista al peor momento desde la invasión de Ucrania, en agosto de 2022, cuando el gas llegó a tocar los 300 euros por MWh ante el temor a un desabastecimiento invernal que provocara apagones en Europa.
El precio del barril de Brent, en los 64 dólares este lunes, también tiende a la baja: pierde un 3% en cinco días y más de un 7% en un mes, colocándose en su nivel más bajo desde comienzos de junio. Los inversores temían que Trump implantase sanciones sobre el crudo ruso, pero pese a los reclamos de la UE, Washington no ha aplicado nuevos castigos contra Moscú antes del encuentro de líderes. Además, los aumentos de producción reportados por la OPEP, han allanado el camino al abaratamiento del barril.
Warren Patterson y Ewa Manthey, analistas de materias primas de ING, ven complicado que de la reunión entre Trump y Putin salga un acuerdo de paz. “Con Rusia exigiendo que Ucrania ceda el territorio ocupado para poner fin a la guerra, es difícil vislumbrar una solución rápida. Es improbable que Ucrania acepte ceder su propio territorio”. En cambio, no descartan que contribuya a seguir desinflando el precio del petróleo. “Si se observa cierta desescalada, se eliminaría el riesgo de sanciones en el mercado petrolero. Esto probablemente impulsaría los precios a la baja, dados los fundamentales bajistas”.
El retroceso de los precios energéticos deberá, por tanto, confirmarse con avances tangibles en la negociación cara a cara, pero de mantenerse facilitaría que la inflación, del 2% en la zona euro, siga a raya. Los futuros, por ahora, no anticipan que el Banco Central Europeo haya recuperado el apetito por reanudar las rebajas de tipos de interés. Y conceden solo un 7% de posibilidades a que recorte el precio del dinero en la reunión de septiembre. Más urgencia de un acuerdo tiene la Reserva Federal: con la inflación estadounidense en el 2,7% a cierre de junio —el dato de julio se conocerá este martes— y la creación de empleo dando síntomas de debilidad, el éxito del diálogo podría servir de revulsivo.
Las expectativas desatadas se extienden a otros mercados. En los de renta fija, el bono ucranio a 10 años con vencimiento en 2035 ha pasado de cotizar a un 49% de su valor nominal a hacerlo al 56%, al otorgar los inversores más posibilidades a que el país sea capaz de devolver sus deudas.
En el de divisas, el rublo ruso continúa cerca de máximos anuales, pero con unos volúmenes de negociación muy bajos. Las dificultades para operar con la moneda está teniendo efectos colaterales: la divisa de Kazajistán, el tenge, se revaloriza un 4% frente al dólar en el último mes, bajo la tesis de que si se firma la paz, Rusia, su principal socio comercial, se verá muy beneficiada, lo que a su vez propulsará la economía de Kazajistán.
Para Franceso Pesole y Frantisek Taborsky, expertos en divisas de ING, hay múltiples incertidumbres sobrevolando la cita de Alaska. “La baza de Trump parece residir en la amenaza de sanciones y la presión proteccionista sobre los socios comerciales de Rusia, como la India. Sigue siendo incierto hasta qué punto la desaceleración económica de Rusia podría obligarle a hacer concesiones, o hasta qué punto Trump está dispuesto a impulsar un acuerdo territorial favorable. La ausencia de representantes de Ucrania y de la UE en la cumbre sugiere que cualquier acuerdo alcanzado el viernes debería ser, en el mejor de los casos, preliminar”.
Las Bolsas reaccionan
En el universo de las acciones, dos índices están recogiendo las esperanzas renovadas de una tregua. El primero es el Ukraine Wig, que incluye empresas que cotizan en la Bolsa de Varsovia, cuya empresa o sede se encuentra en Ucrania, o cuya actividad se desarrolla principalmente en este país, se revaloriza casi un 8% en la última semana, aunque todavía está por debajo de sus récords de marzo, en la antesala de otra conversación con Trump y Putin que finalmente no acabó dando resultados.
Y el otro es el UBS Ukraine Reconstruction Index, este sí, en máximos históricos, que incluye a empresas que se beneficiarían de un eventual Plan Marshall para reconstruir el país, entre las que colocan, entre otras, a Santander Polska (filial polaca del banco español), al banco austriaco Raiffeisen Bank, la suiza Ferrexpo, tercer mayor exportador de mineral de hierro, o el fabricante de ladrillos y tuberías austriaco Wienerberger.
Un estudio del Banco Mundial cifra en 450.000 millones de euros en los próximos diez años la factura de reparar los daños. Y Deutsche Bank sitúa especialmente bien colocadas para sacar réditos de los trabajos a las empresas polacas, tanto por su cercanía geográfica como por contar en sus plantillas con mucho personal ucranio que huyó de la guerra.
Hay otras ganadoras. La cotización en Hong Kong de la empresa rusa United Company Rusal, uno de los mayores fabricantes de aluminio del mundo, se ha disparado un 17% en cinco días. Y el banco húngaro OTP, que todavía opera en Rusia, ha visto subir sus títulos un 8% en ese periodo.
No es la primera vez que el mercado empieza a moverse al son de un acuerdo de paz en Ucrania. Ya ocurrió en marzo, aunque entonces el contacto entre Trump y Putin se limitó a una llamada. En ella, el dirigente ruso se comprometió a no atacar infraestructuras energéticas ucranias durante 30 días, pero tanto Rusia como Ucrania se acusaron mutuamente de romper la tregua en varias ocasiones.
El riesgo de un nuevo fracaso que haga recular a los activos que se están beneficiando con el anuncio de las negociaciones es alto, como lo sería el beneficio para quienes ya han tomado posiciones en el mercado en caso de que los avances sean finalmente relevantes. Las Bolsas europeas y estadounidenses afrontan el trance cerca de máximos históricos, y en verano los volúmenes de negociación suelen ser menores, por lo que la sensibilidad a cualquier noticia positiva o negativa es elevada.
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