Uber anuncia el despliegue de 20.000 robotaxis a partir de 2026
Lucid, la empresa de vehículos eléctricos de lujo que proveerá los coches, se dispara más de un 30% en Bolsa


Los vehículos sin conductor pisan el acelerador. Este jueves, Uber ha anunciado que a partir de 2026 comenzará a desplegar una flota de más de 20.000 coches completamente autónomos en “docenas de mercados de todo el mundo” mediante una alianza con dos empresas estadounidenses: Lucid y Nuro. Uber explica que la llegada de estos automóviles será gradual y que prevé haberla completado para el año 2032.
En concreto, los 20.000 coches autónomos serán entregados por Lucid. Esta firma dedicada a la fabricación de vehículos eléctricos de alta gama cuenta en la actualidad con dos modelos diferentes. El elegido por Uber es el Lucid Gravity, un SUV de hasta siete plazas con 724 kilómetros de autonomía máxima que es capaz de cargarse en 11 minutos con la energía suficiente para desplazarse 320 kilómetros. Su precio de partida sin tener en cuenta impuestos es de 79.900 dólares.
El cerebro del vehículo se basará en la tecnología de Nuro, una startup estadounidense que ha desarrollado un software de conducción autónoma de categoría 4 llamado Nuro Driver. Con ayuda de un hardware específico, una especie de barra con sensores y cámaras instalada en el techo del vehículo, su programa informático es capaz de facilitar la conducción sin necesidad de intervención humana.
Además de hacer el pedido a estas dos empresas, Uber también llevará a cabo una “inversión de varios cientos de millones de dólares” para entrar en el capital de Nuro y de Lucid. Según Bloomberg, dentro de esa financiación se incluyen 300 millones de dólares que el fabricante de coches eléctricos empleará en mejorar su línea de producción para integrar el hardware de Nuro en los SUV Gravity. Nuro no cotiza en Bolsa, pero la noticia de este acuerdo con Uber ha catapultado las acciones de Lucid más de un 30% en el inicio de la sesión.
Uber especifica que los vehículos serán de su propiedad y estarán operados directamente por la empresa. Los usuarios podrán solicitarlos a través de la aplicación habitual. El primer despliegue se hará en 2026 en una ciudad aún por determinar de Estados Unidos. No obstante, ya existe un prototipo que combina la tecnología Nuro Driver y el Lucid Gravity rodando en las instalaciones de prueba que Nuro tiene en Las Vegas.
Apuesta por la conducción autónoma
El pacto entre Uber, Lucid y Nuro se suma a una docena de acuerdos que Uber ha ido anunciando con otros desarrolladores de tecnología de conducción autónoma y fabricantes de automóviles. Esta misma semana, comunicó una colaboración con el fabricante chino de vehículos autónomos Baidu para el despliegue de “miles de los coches Apollo Go de Baidu” en múltiples mercados fuera de EE UU y China. Los primeros lanzamientos de los modelos de Baidu están proyectados para Asia y Oriente Medio este mismo año.
Esta cadena de acuerdos evidencia un giro en la estrategia con la que Uber se aproxima a esta tecnología considerada clave por la propia empresa. Previamente, bajo el liderazgo del anterior consejero delegado de Uber, Travis Kalanick, la empresa apostaba por el desarrollo de tecnología propia. Ahora, con Dara Khosrowshahi, Uber opta por aliarse con actores externos y por invertir directamente en las empresas que trabajan en el desarrollo de esta modalidad de conducción.
A pesar de que la legislación no avanza al mismo ritmo que la tecnología, en Estados Unidos Trump se comprometió en abril a armonizar el mosaico legislativo que regula a la conducción autónoma en EE UU. En España, la DGT impulsó el mes pasado un programa para evaluar la seguridad de este tipo de coches con el objetivo de garantizar que estas tecnologías se desarrollen de forma segura, transparente y responsable.
Cuestiones legales a un lado, y sin perder de vista la cuestión de si el público se fía completamente de ella, la competencia se está intensificando en este segmento. En octubre, Tesla, la compañía más puntera en este ámbito, presentó el Cybercab, el robotaxi con el que quiere revolucionar el sector. En junio, Tesla puso a circular sus robotaxis en Austin, Texas.
El despliegue de esta tecnología plantea interrogantes sobre el futuro del empleo en sectores como el transporte, además de reabrir el debate sobre la ética y responsabilidad en caso de accidentes. A pesar de que los coches autónomos todavía parecen más una cuestión de ciencia ficción que de realidad, poco a poco, las empresas van poniéndose al volante de una tecnología que promete transformar la forma en la que nos desplazamos.
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