La empresa de lujo italiana Loro Piana, bajo administración judicial por presunta explotación laboral
El tribunal de Milán interviene en la empresa controlada por LVHM


La firma de moda de lujo italiana Loro Piana, controlada por el gigante francés LVMH y conocida por sus tejidos de cachemir de alta calidad, ha sido puesta bajo administración judicial por una presunta vinculación con casos de explotación laboral en su red de proveedores. El tribunal de Milán ha confiado la gestión de la empresa a un administrador extraordinario que deberá encargarse de corregir las posibles prácticas ilícitas.
La fiscalía, después de haber realizado una investigación, ha concluido que la compañía habría confiado parte de su producción a empresas en las que los trabajadores son explotados, sin asegurarse primero de las condiciones reales de trabajo, lo que ha facilitado la explotación de los empleados.
La justicia italiana considera que Loro Piana no ha participado directamente de las irregularidades, pero sostiene que ha alimentado un extendido sistema de explotación por no haber supervisado adecuadamente su cadena de producción.
Los fiscales aseguran que la empresa delegó directamente la producción de prendas de alta gama, cuyos precios de venta superan los 3.000 euros, a una sociedad que gestiona talleres en los que se han encontrado trabajadores ilegales, sin contratos, con condiciones laborales irregulares, obligados a realizar jornadas extenuantes que llegaban a superar las 90 horas semanales por sueldos de 4 euros la hora, tal y como apuntan los medios italianos. En estos centros se trabajaba día y noche, indistintamente y fines de semana y festivos.
La fiscalía ha subrayado también que la marca compra a talleres chinos algunas de sus populares chaquetas de cachemir por un precio que ronda los 100 euros y después, una vez que les coloca su etiqueta, las vende en sus tiendas por entre 1.000 y 3.000 euros.
Loro Piana ha explicado a través de un comunicado que el proveedor involucrado en la investigación no les habría informado de que a su vez estaba recurriendo a una cadena de subcontratas donde se explotaba a los trabajadores. La firma también ha alegado que en mayo, en cuanto tuvo conocimiento de los hechos, interrumpió su relación con este proveedor por este motivo. También ha asegurado su compromiso con los derechos humanos.
Entre los casos investigados en la cadena de producción de Loro Piana destaca el de un sastre chino que trabajaba en un taller subcontratado para la firma de lujo italiana y que denunció que cuando reclamó a su empleador, el subcontratista, los salarios atrasados que no le habían pagado recibió puñetazos y golpes con tubos de plástico.
La justicia italiana acusa a la compañía de lujo de no haber verificado la capacidad empresarial real de sus proveedores y de no haber realizado auditorías efectivas, con el único interés de maximizar sus beneficios. Para los fiscales, esta falta de acción ha permitido que ese tipo de prácticas laborales irregulares se mantuvieran durante años sin ninguna intervención.
Esta medida judicial contra Loro Piana se enmarca en una investigación judicial mucho más amplia coordinada por la fiscalía de Milán, que se ha propuesto verificar las condiciones de trabajo en las cadenas de producción de ropa en la industria del lujo. En general, este tipo de compañías confían a empresas externas las diversas fases de elaboración de sus prendas.
En los últimos meses, los tribunales de Milán han impuesto la administración judicial por motivos similares a otras empresas relacionadas con grandes firmas de lujo, como Manufactures Dior, sociedad italiana controlada por el grupo francés Dior; Giorgio Armani Operations, que se encarga del diseño y la producción de prensas de vestir y accesorios para el grupo Armani; la empresa Alviero Martini, que vende productos conocidos por los mapas dibujados en sus tejidos; o Valentino Bags, una compañía controlada por la firma de moda Valentino, para la que produce bolsos.
En los últimos tiempos, Loro Piana había estado también en el centro de la polémica por una investigación periodística de Bloomberg, que había destapado prácticas dudosas para la obtención de sus hilos más codiciados en Perú. Según esta agencia de noticias, la firma habría explotado a los trabajadores en ese país y además habría mantenido en cautiverio a vicuñas de los Andes, animales salvajes similares a la alpaca que tienen una lana más suave y preciada.
El mayor grupo de lujo del mundo, el gigante francés LVMH, se hizo con el 80% de Loro Piana en 2013 y el 20% restante quedó en manos de la familia italiana fundadora.
Todos estos casos de irregularidades han desatado un terremoto en el mundo de la moda y han dañado la reputación del sector del lujo en Italia. Los fiscales han descrito estas violaciones laborales como parte de “un método de fabricación generalizado y consolidado” en la industria de la moda.
El caso que afecta a Valentino se descubrió el pasado mayo, cuando se reveló que la firma estaba relacionada con siete talleres ilegales en los que cerca de 70 trabajadores eran explotados en condiciones insalubres, con salarios por debajo del mínimo legal y jornadas superiores a lo permitido sin ninguna seguridad laboral. Muchos de ellos dormían en dormitorios improvisados en los propios talleres, en total ausencia de condiciones higiénicas mínimas.
Para limpiar su reputación, el grupo Dior se comprometió a invertir 2 millones de euros en 5 años para ayudar a víctimas de explotación laboral en Italia. Los medios locales denunciaron que mientras que el precio de venta de un bolso Dior de piel es de casi 3.000 euros, la empresa pagaba poco más de 50 euros por el mismo modelo para comprarlo en la fábrica de trabajadores chinos.
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