Ir al contenido
_
_
_
_

Máxima tensión en los mercados tras el ataque de EE UU a Irán: el bloqueo del estrecho de Ormuz puede llevar el petróleo más allá de los 100 dólares

Un cierre prolongado del estratégico paso marítimo por parte de Teherán pondría en riesgo el suministro mundial de petróleo y gas natural, con efectos en la inflación, el precio de la luz, la economía y los tipos de interés

Imagen de archivo de un yacimiento petrolífero.
Manu Granda

El bombardeo de Estados Unidos a las instalaciones nucleares iraníes eleva al máximo la presión sobre el precio del crudo. El barril ya había subido en los días previos por la ofensiva israelí, pero el ataque ordenado en la madrugada de este domingo por Donald Trump supone un salto cualitativo y abre la puerta al escenario más temido por analistas e inversores: un cierre del estrecho de Ormuz que dispare los precios y ponga en jaque el suministro energético mundial. En la última semana, el crudo se ha movido al vaivén de las palabras de Trump, bajando y subiendo según el mercado interpretaba las posibilidades de que EE UU entrase directamente en el conflicto. Los futuros del crudo Brent, referencia mundial, han subido hasta un 18% desde el 10 de junio, alcanzando un máximo de casi cinco meses de 79,04 dólares el jueves, una cifra que con toda seguridad será superada cuando abran los mercados.

La clave ahora está en la escala y los objetivos de las represalias de Teherán, que ha señalado que se reserva “todas las opciones”. El foco de los mercados está en la infraestructura petrolera del golfo Pérsico y, por encima de todo, en el estrecho de Ormuz. Este estrecho brazo de mar, que limita al norte con Irán y cuya parte navegable es de unos pocos kilómetros de ancho, canaliza una quinta parte del tráfico de crudo mundial. Un bloqueo prolongado crearía problemas de suministro a nivel global y el precio respondería con violencia; de momento la Asamblea Consultiva Islámica, el Parlamento de Irán, ha recomendado este domingo el cierre del estrecho, pero la decisión final está en manos del líder supremo, el ayatolá Alí Jameneí.

Analistas de JP Morgan e ING señalaron en las últimas semanas que, en este caso extremo, el petróleo podría escalar hasta una horquilla de entre 120 y 130 dólares el barril de Brent. “Mucho depende de cómo responda Irán en las próximas horas y días, pero esto podría encaminarnos hacia un petróleo de 100 dólares si Irán responde como ha amenazado previamente”, ha declarado a Reuters Saul Kavonic, analista senior de energía de la firma de investigación de renta variable MST Marquee en Sídney. En todo caso, un escenario tan explosivo como el actual es capaz de convertir en papel mojado cualquier previsión en cuestión de horas: aunque el mercado petrolero actual no es el de los años 70 (las economías no son tan dependientes y el primer productor del mundo es Estados Unidos), el eventual cierre de Ormuz no tiene precedentes.

Además del oro negro, otro gran afectado es el gas natural, que ya se había disparado —incluso más deprisa de lo que lo hizo el petróleo— antes del ataque estadounidense, y por el mismo motivo. El estrecho de Ormuz canaliza también en torno al 20% de las exportaciones de gas licuado del mundo, en particular de exportadores como Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Kuwait o Qatar, estado que ha firmado cuantiosos contratos de suministro de los que dependen países europeos y asiáticos. Tras la invasión de Ucrania en 2022, Europa necesita importar gas durante todo el año para disponer de reservas al completo de cara al siguiente invierno. Actualmente, según Bloomberg, en Alemania están al 46% de su capacidad, el nivel más bajo a estas alturas de año desde antes de la invasión.

La subida de los precios del gas repercute, a su vez, en los precios de la electricidad en el Viejo Continente. Las centrales de ciclo combinado son una parte esencial del mix energético, y están más activas en España después del apagón de abril. El conflicto, pues, se puede convertir, si se bloquean los suministros, en un shock económico de primera magnitud, que notarán los ciudadanos en el precio del depósito de gasolina, en la factura de la luz y, posiblemente también, en el precio de la hipoteca.

Como sucedió en 2022, una inflación al alza fuerza a los bancos centrales a subir los tipos de interés, lo que repercute en el euríbor. Igualmente, la energía cara, al elevar los costes de las empresas, tiene un efecto depresivo en la actividad y el empleo. El ataque no solo acentúa los riesgos de seguridad en toda la región, sino que tensa aún más una economía mundial ya expuesta a la incertidumbre desatada por la guerra arancelaria obra del presidente estadounidense. Salvo sorpresa, las Bolsas, que han aguantado razonablemente bien la última semana con caídas leves, vivirán un lunes complicado.

Claro que también hay expertos que ven una rampa de salida. Jamie Cox, socio director de Harris Financial Group, afirmó después de conocerse los ataques de EE UU que los precios del petróleo probablemente subirían, pero que esperaba que se estabilizaran en unos días, ya que los ataques podrían llevar a Irán a buscar un acuerdo de paz con Israel y Estados Unidos. “Con esta demostración de fuerza y ​​la aniquilación total de su capacidad nuclear, han perdido toda su influencia y probablemente presionen el botón de escape hacia un acuerdo de paz", ha indicado Cox. Otros analistas han apuntado, por su parte, que Teherán también deberá calibrar el impacto geopolítico y económico que tenga un eventual ataque al mercado petrolero no solo en Occidente, sino también en China, el primer importador de petróleo del mundo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Manu Granda
Redactor de la sección de empresas, especializado en el automóvil y en defensa. Como 'freelance', cubrió la temporada de incendios del verano 2019-2020 en Australia para EL PAÍS. Es graduado en periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos y cursó el Máster de periodismo de EL PAÍS.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_