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Asociaciones de policía y guardia civil se convierten en agencias inmobiliarias para cazar pisos de alquiler en Baleares

La escasez de vivienda pone en aprietos a los agentes que se tienen que desplazar en verano al archipiélago

Un policía nacional ante un edificio en Palma, en una imagen de archivo.
Lucía Bohórquez

¡Pon un guardia civil en tu vida! Con este llamamiento, siete asociaciones profesionales de la Guardia Civil han lanzado una campaña a través de diversas redes sociales con el objetivo de captar viviendas de alquiler para los agentes desplazados a Baleares. La escasez de inmuebles y los elevados precios han llevado a estas asociaciones profesionales y también al Sindicato Unificado de Policía a esgrimir y publicitar las bondades de tener un inquilino que trabaje como agente en las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado a la hora de tener garantizado el cobro de la renta mensual. En apenas 48 horas, la campaña ha logrado captar 35 ofertas de pisos, habitaciones y alquileres de temporada, la mayoría de ellos en Mallorca. A modo de ejemplo dicen que han recibido la oferta de un piso de dos habitaciones en Palma sin amueblar por 1.100 euros mensuales y de otro, también de dos habitaciones, en el barrio del Arenal por 1.600 euros.

“Tenemos muchos problemas para completar las plantillas, los compañeros no quieren venir destinados por la carestía de la vivienda” explica Tomás Quesada, portavoz en las islas de la Asociación Profesional Justicia Guardia Civil (Jucil). Denuncia que la falta de implicación de las Administraciones a la hora de ofrecer una solución al problema ha llevado a las asociaciones a unirse para tomar las riendas de la situación y tratar de habilitar una alternativa. La idea es crear una bolsa en la que los agentes puedan consultar las ofertas que van llegando y que, según Quesada, son a precio de mercado libre. El sistema que han habilitado es meramente informativo y no implica ningún tipo de mediación por parte de las asociaciones, entre las que también figuran la Asociación Española de Guardia Civiles, la Asociación Profesional de Cabos de la Guardia Civil, Pro Guardia Civil, Asociación Unificada de Guardia Civil, Unión de Oficiales y la Asociación Escala Suboficiales.

La situación se complica aún más para los 90 agentes del instituto armado que la primera semana del mes de julio llegarán a las islas para cumplir su año de prácticas. Aterrizan en Baleares con la temporada ya empezada y con verdaderas dificultades para encontrar un lugar en el que vivir, con una competencia feroz por hacerse con una habitación en un piso compartido.

Para Quesada, a todo ello se suma el escaso importe de la indemnización por residencia que pretende compensar las desventajas de vivir en un territorio insular. Para los agentes desplazados a Mallorca ronda los 74 euros mensuales, y los 93 euros para los de Ibiza, Formentera y Menorca frente a los 400 euros mensuales para un agente desplazado a Canarias o los más de 600 para quienes trabajan en Ceuta o Melilla. “El precio de los bienes básicos aquí es muy elevado y los compañeros cobran lo mismo que en cualquier otro destino con precios más asequibles y una mayor calidad de vida”, señala Quesada.

La iniciativa de las asociaciones de la guardia civil ha llegado después de que el Sindicato Unificado de Policía (SUP) pusiera en marcha una campaña similar a finales de mayo que se ha saldado con un resultado de éxito, porque han logrado vivienda para alrededor de 150 agentes que han llegado a Baleares en su primer destino tras graduarse. “La campaña ha sido un éxito absoluto, más de 300 personas han contactado con nosotros para ofrecer pisos o habitaciones, tanto contratos de larga temporada como para unos meses”, afirma el portavoz del sindicato en Baleares, Manuel Pavón. En Mallorca todos los agentes tienen ya vivienda y es Ibiza la isla en la que todavía tienen algunos compañeros pendientes de encontrar casa.

El sindicato policial habilitó una dirección de correo electrónico para que los propietarios pudieran remitir la información de las viviendas disponibles, que después trasladaron a los diferentes grupos de mensajería con los agentes recién llegados. “Los primeros días fue una locura, era una llamada tras otra” recuerda Pavón, que lamenta lo que considera una inacción de las Administraciones porque, señala, buena parte de las viviendas que han logrado captar están por debajo del precio de mercado. “Buscar vivienda no es nuestra función, pero con esto hemos demostrado que sí hay vivienda vacía y que hay gente que tiene miedo de alquilar”, afirma.

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Sobre la firma

Lucía Bohórquez
Colaboradora de EL PAÍS en las Islas Baleares. Periodista de la Cadena SER en Mallorca desde el año 2008, donde se ha especializado en temas de tribunales. Estudió Periodismo en la Universidad del País Vasco.
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