El Gobierno reparte culpas entre Red Eléctrica y las empresas por el gran apagón
El Ejecutivo descarta el ciberataque y apunta a la mala planificación del operador del sistema y la actuación “indebida” de las eléctricas. El informe ve la luz 49 días después del primer cero energético de la historia
El Gobierno apunta a Red Eléctrica y a las compañías generadoras como responsables del apagón del 28 de abril, que dejó a oscuras toda la península Ibérica. La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, ha señalado este martes en la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros a un problema de sobretensión en la red que no fue amortiguado correctamente y que acabó tumbando todo el sistema.
Por un lado, Aagesen ha apuntado a un posible error de planificación de Red Eléctrica (REE, con un 20% de capital público) para ese día. Por otro, ha reseñado de un funcionamiento aparentemente anómalo de las centrales que deberían haber ayudado a controlar esa tensión. La vicepresidenta no ha descartado que tras el apagón estuviera “una combinación de ambas”.
Aagesen, que ha presentado este martes ante el Consejo de Ministros el informe sobre las causas del apagón, ha explicado que el operador del sistema eléctrico había programado para el día 28, teniendo en cuenta la previsión de demanda y de generación, que diez centrales convencionales (que pueden ser de gas, carbón, nuclear...) estuvieran disponibles para poder hacer frente a episodios de sobretensión. Sin embargo, la noche de antes la propietaria de una de esas centrales comunicó que no estaría operativa al día siguiente. REE, entonces, decidió no activar ninguna extra. “Hicieron sus cálculos y vieron que no era necesaria”, ha añadido Aagesen. No fue así.
Fallo de planificación
Ahí sería donde podría residir el error de planificación. Pero a la hora de hacer frente a los picos de tensión que acabaron por tumbar el sistema, las nueve centrales no operaron según lo previsto. “Todas y cada una de ellas”, ha señalado la vicepresidenta, tuvieron “algún grado de incumplimiento” y no absorbieron la tensión como se esperaba.
La vicepresidenta, además, ha resaltado que el sistema contaba con generación suficiente para haber podido responder. “Había parque de generación suficiente para responder”, ha señalado para dejar claro que el problema no era de falta de generación —como quienes, en la fase más cruda de la crisis energética de 2021 y 2022 temieron un apagón a gran escala—.
En una suerte de descargo de responsabilidad, el Gobierno niega que este informe sea “un juicio”, por lo que ha descartado en este punto dimisiones, en respuesta a si el Ejecutivo había solicitado ya la dimisión de Corredor. Además, también ha rechazado dar datos concretos de qué plantas fallaron y a qué compañías pertenecían.
El Ministerio para la Transición Ecológica ha solicitado permiso a las empresas para poder facilitar estos datos, pero muchas de ellas han pedido que no se hagan públicos y el departamento de Aagesen entiende que la ley les ampara. Sin embargo, el hecho de decir que hubo centrales que no absorbieron potencia reactiva como debían es apuntar directamente contra las grandes eléctricas: Iberdrola, Endesa, Naturgy y EDP, que suman casi todo el parque de generación tradicional.
En cualquier caso, el ministerio deja ahora para la vía judicial o para la CNMC la fijación de responsabilidades concretas y de las posibles indemnizaciones por este insólito apagón completo de la Península.
La vicepresidenta tercera ha comenzado su comparecencia advirtiendo de que el informe, que se hará público esta misma tarde, no ha logrado toda la información solicitada a las partes implicadas. En el análisis, Aagesen concluye que el apagón se produjo por un problema “multifactorial”.
Centrales que incumplieron
De las nueve centrales programadas por Red Eléctrica para dar seguridad de suministro por restricciones técnicas, ha insistido Aagesen, “todas y cada una de ellas tenían algún grado de incumplimiento” respecto de su deber de absorber potencia reactiva.
Durante la mañana de aquel 28 de abril se detectaron varias oscilaciones. Y, ante esta situación, minutos antes del apagón Red Eléctrica mandó que arrancara una nueva planta —un ciclo combinado de gas, la tecnología de más rápida respuesta en situaciones como esta—. Pero no pudo estar disponible hasta las dos de la tarde, cuando ya el apagón desencadenado.
Falta de generación síncrona
La falta de generación síncrona, siempre según la vicepresidenta del Gobierno, ya provocó sobretensiones en la mañana del 28 de abril. Pero la actuación del operador del sistema para paliar las oscilaciones también contribuyó a que esta tensión aumentara porque tuvo que controlar fuertes oscilaciones de frecuencia, mallando la red y cerrando la exportación a Francia, algo que permitía controlar las oscilaciones pero contribuía a más tensión.
En el momento previo al apagón, la tensión era muy elevada y sostenida, lo que provocó las desconexiones de las generadoras. Empezaron a desconectar por Granada, Badajoz, Segovia, Huelva o Cáceres. De esos disparos por seguridad, algunas saltaron de manera indebida, ha recalcado Aagesen, apuntando a un segundo foco de responsabilidad de las eléctricas. “Las desconexiones, algunas de ellas aparentemente indebidas, aumentan la tensión”, se lee en la presentación de Aagesen.
Esas desconexiones fueron, según ha remarcado la número cuatro del Ejecutivo, un fenómeno en cadena, imparable, que evitó que se pudiera controlar el apagón. En estas circunstancias, los cortafuegos con los que se trata de circunscribir este tipo de fenómenos a áreas o zonas concretas —se intentaron hasta seis deslastres, todos ellos fallidos— fueron del todo insuficientes.
Descartado definitivamente el ciberataque como causa de la caída del sistema eléctrico ibérico, el estudio ha identificado, por el camino, varias “vulnerabilidades” de esa índole en diferentes etapas del sistema eléctrico español. Brechas que habrá que corregir si se quiere evitar que, en el futuro, sea una ofensiva de estas características la que provoque un apagón a gran escala.
49 días antes
En pleno huracán por el caso de presunta corrupción que afecta a los dos últimos secretarios de organización del PSOE, la investigación sobre el gran apagón del 28 de abril se ha acelerado. El 21 de mayo, Aagesen aseguró en el Senado que su intención era presentar el informe final en tres meses. Es decir, antes de agosto. Esto significa que la investigación que lidera el Gobierno ha ido notablemente más rápido de lo previsto, casi un mes y medio antes del plazo que se dio el comité de análisis de la crisis eléctrica. Ese horizonte temporal era el mismo que el comprometido con las autoridades europeas.
Aunque tanto las autoridades españolas como las europeas habían dado algunos detalles de lo ocurrido —las oscilaciones previas en el sistema eléctrico continental, los episodios de sobretensión en el sur y suroeste de España que precedieron al primer cero eléctrico nacional de la historia o el fallo en los cortafuegos, que impidió encapsular el problema en algunas zonas o regiones para evitar el desenlace final—, la opinión pública seguía sin conocer toda la secuencia de acontecimientos.
La presentación oficial del informe llega después de que, en las últimas jornadas, se hubiesen acelerado, también, las reuniones del comité de investigación que creó el propio Ejecutivo tras el apagón. Casualidad o no, la celeridad ha coincidido, también, con la publicación de las grabaciones que inculpan a Santos Cerdán, último secretario de Organización del PSOE. Desde el pasado viernes se han celebrado tres reuniones del comité creado por el ministerio, y formado principalmente por cargos del Gobierno, para averiguar las causas del apagón total: una el viernes, otra el domingo y otra más el lunes.
El Gobierno español disponía de un plazo máximo de tres meses (a contar desde el pasado 28 de abril, el día del mayor apagón de la historia reciente de España y uno de los mayores de Europa) para notificar a Bruselas las causas del incidente, el impacto que tuvo y las mejoras posibles identificadas. Después, las autoridades comunitarias cuentan con otros tres meses de plazo, hasta finales de octubre, para hacer público su informe, aún más exhaustivo.
Este martes por la noche, Aagesen tiene previsto reunirse en Lisboa con su homóloga portuguesa, la ministra de Energía y Medio Ambiente Maria de Graça Carvalho. Tal y como adelantó EL PAÍS, ambas han urgido en las últimas semanas tanto a Francia como a la Comisión Europea a acelerar en el desarrollo de interconexiones eléctricas entre la península Ibérica y el resto del continente europeo, que París lleva años bloqueando. La mayoría de especialistas considera que, de haber tenido un mayor grado de interconexión, la probabilidad del apagón habría sido menor y la reposición del servicio, notablemente más rápida.
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