El BBVA alerta de que la baja rentabilidad de la construcción lastra el mercado inmobiliario
El servicio de estudios del banco lo achaca en parte a los elevados plazos para culminar los proyectos de edificación


El servicio de estudios del BBVA alerta de que la inversión no está reaccionando a la mejora de la demanda y el empleo. Pese a que las subidas de tipos puedan estar todavía jugando un papel, “la prolongación del problema parece apuntar a factores estructurales”, dice en su informe de previsiones publicado este jueves. Y señalan como una causa la escasa rentabilidad de las empresas españolas frente a las europeas: “Con los balances cerrados a 2023, mostraban los ROE (la rentabilidad sobre el capital propio) más bajos de su entorno”. Según explican los economistas de BBVA Research, esto refleja en parte un retraso de la productividad que frena la convergencia de la economía española con los países más ricos de la eurozona. “Alcanzar incrementos relativamente elevados y sostenidos de la productividad por ocupado es una de las tareas pendientes de la economía española.”, subrayan.
Las diferencias en rentabilidad se moderan un poco cuando se examina la rentabilidad sobre los activos (ROA), lo que indicaría que las empresas españolas se están apalancando menos. También puede haber un efecto composición por la elevada entrada de empleo inmigrante en sectores que pueden ser menos productivos. Y advierten de que esta brecha en rentabilidad es todavía mayor en el sector de la construcción comparándolo con otros países de nuestro entorno. Y lo achacan en parte a los mayores plazos para construir que sufren las empresas constructoras españolas y que empeoran mucho su rentabilidad. “Existe una brecha entre la baja rentabilidad de la construcción y el elevado coste del acceso a la vivienda”, ha indicado Rafael Doménech, economista del BBVA. Y ha añadido que “todo lo que sea agilizar permisos y plazos y mejorar la regulación eleva la productividad y ayuda a aumentar la inversión, la oferta y, por lo tanto, reducir esa brecha”.
Los expertos del banco creen que la construcción se acelerará y supondrá hasta una cuarta parte del crecimiento del PIB el año que viene. Sin embargo, las presiones sobre el mercado de la vivienda no cesarán. A la vez que crece la oferta lo hará también la demanda por la mejora de las rentas. El problema radica en que la diferencia entre el esfuerzo para alquilar y el esfuerzo para comprar sigue siendo bastante favorable a la compra: compensa comprar porque no hay suficiente oferta de alquiler. “Debería plantearse qué se ha hecho para que no aumente la oferta”, ha apuntado Jorge Sicilia, economista jefe del BBVA.
Mientras no mejore la oferta, los expertos del BBVA observan que habrá un deterioro del acceso a la vivienda en determinados segmentos de la población. Hará falta que los crecimientos elevados de la construcción se sostengan durante tiempo para ir cerrando el enorme déficit de vivienda. Según las previsiones del banco, los precios subirán un 7% este año y un 5% el que viene. Como resultado, “podemos ver un deterioro de la percepción sobre su bienestar entre estos segmentos que no pueden acceder a la vivienda”, ha declarado Miguel Cardoso, economista responsable de España.
Un crecimiento sólido
Por otra parte, el BBVA señala que el crecimiento se ralentiza, pero sigue siendo sólido. El servicio de estudios rebaja su previsión para este año del 2,8% al 2,5%. Y para el que viene del 1,8% al 1,7%. Esta cierta desaceleración se debe, por un lado, a un menor dinamismo de la demanda interna. Dos tercios de esta rebaja obedecen a la revisión que hizo el INE del tercer y cuarto trimestre del año pasado y a un menor avance de lo esperado en el primer trimestre de este año: “El consumo, tanto el privado como el público, han moderado su avance”, explica el informe. Si bien añade que la inversión en equipo, que se había quedado rezagada desde la pandemia, ha mostrado bastante vigor gracias a los recursos dedicados a la dana en Valencia y los fondos europeos.
Y el principal motor están siendo las exportaciones de servicios, que se desaceleran pero que siguen subiendo por encima del PIB: un 4,6% en el trimestre. Dentro de este capítulo destaca el gasto de los turistas extranjeros, que entre enero y mayo se disparaba un 9,1%. Además, han mejorado las exportaciones de bienes después de un año de estancamiento debido a la anticipación de los aranceles.
Hacia delante, BBVA Research espera que se vaya notando el impacto del conflicto arancelario y de la incertidumbre, que ya está condicionando las decisiones de compras e inversiones de hogares y empresas. Pero a la vez observa también diversos factores que apoyarán el crecimiento: por una parte, la caída de los precios del gas y el petróleo, que puede contribuir con 0,5 puntos más de crecimiento entre 2025 y 2026. Por otra, los anuncios de gasto en defensa e infraestructuras, que se traducirán en un tono más expansivo de la política fiscal en Europa, lo que impulsará la demanda en el continente. El BCE abrirá una pausa en la bajada de tipos. Y los sueldos podrían continuar su recuperación descontando la inflación, pues los indicadores apuntan crecimientos por encima del IPC. Según explica BBVA Research, esta recuperación de las rentas tendrá un mayor efecto en el consumo que en años anteriores porque se está produciendo más en los salarios que a través del incremento de las pensiones, que tienen una menor propensión al gasto.
A juicio de estos expertos, el empuje del turismo puede aguantar en tanto que hay espacio para continuar con el proceso de desestacionalización y en la medida en que siguen en cotas elevadas los presupuestos para visados de obras destinadas a turismo y ocio. También aumentará la inversión en vivienda residencial por la demanda y algunas de las medidas anunciadas. Y la política fiscal en España volverá a ser expansiva por dos factores: las ayudas a la dana y los planes de gasto en defensa.
Respecto a la guerra comercial, los economistas del BBVA explican que solo los anuncios de aranceles ya han provocado una apreciación significativa del euro que restará alrededor de dos puntos de crecimiento a las exportaciones españolas entre 2025 y 2026. Y esto sin incluir ningún efecto más. Además, cifran el impacto de la incertidumbre generada en 0,6 puntos menos de PIB entre 2025 y 2026. “La desaceleración prevista vendrá determinada, en un buena medida, por el cambio en la política comercial de Estados Unidos”, concluyen.
BBVA Research identifica varios cuellos de botella para el crecimiento: las limitaciones que ponen las administraciones al turismo; el elevado ahorro de los hogares que restringe el consumo, y el precio de la vivienda, que seguirá al alza por la persistencia del desequilibrio entre la oferta y la demanda.
Por ahora la nueva política arancelaria está teniendo un efecto limitado en la inflación global. Repuntará en EEUU tras los aranceles y seguirá contenida en Europa. El conflicto comercial sí que se ha plasmado en una subida de la prima de riesgo de Estados Unidos y en una depreciación del dólar pese a que los aranceles deberían provocar que la moneda se apreciase. Entre otras razones, pesan la incertidumbre o los déficits fiscales estadounidenses, señalan los expertos del banco. Aunque se ha moderado, la volatilidad de los mercados sigue elevada.
En España, otro riesgo radica en los anuncios que ha hecho el Gobierno de gasto público en defensa y vivienda. Estos se han lanzado sin medidas que garanticen su financiación: “En principio la mejora del ciclo junto a la reducción de los tipos y el consenso con el que se han tomado las decisiones a nivel europeo aportan espacio para poder realizar estos gastos sin consecuencias mayores. Sin embargo, esto solo aumenta y retrasa el necesario ajuste”, recalca el informe. Y pide que se acelere la ejecución de los fondos europeos, ya que la entidad calcula que al ritmo actual quedaría cerca de un 10% de las ayudas no reembolsables sin gastar, unos 8.000 millones de euros.
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