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El Banco de España advierte de que hay que acelerar la ejecución de los fondos europeos

Hasta 2024 se habían gastado 32.000 de los 80.000 millones de ayudas que se concedieron a España, según Eurostat. El plazo expira en agosto de 2026

El gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá.
Antonio Maqueda

El Banco de España admite que existe una “considerable incertidumbre acerca de la magnitud y composición” de los fondos europeos que se han articulado a través del plan de recuperación que se aprobó por la pandemia. “Cabe señalar que, en 2024, como en años precedentes, el volumen de ejecución de los fondos en nuestro país ha sido algo inferior al esperado”, ha señalado en su informe de previsiones económicas publicado este martes. Aunque en estas proyecciones sobre la economía española se da por hecho que se gastarán todas estas transferencias, “dado que se aproxima el final de este programa europeo, esto exigirá una cierta aceleración en el despliegue de dichos fondos en 2025 y 2026”, concluye el documento.

Falta poco más de un año para completar la ejecución de todos los fondos europeos que son subvenciones no reembolsables. El plazo acaba en agosto de 2026. A fecha de cierre de 2024 solo hay gastados 32.000 de los casi 80.000 millones que se concedieron a España en ayudas no reembolsables, según datos publicados por Eurostat y que suponen un 40% del total frente al 45% que hay ejecutado de promedio en la UE. En 2024 solo se gastaron en España unos 12.000 millones. Además, hay otros 80.000 millones en créditos blandos que hay que asignar antes de agosto del año que viene. España ha pasado de ser el país que más rápido iba obteniendo pagos a quedarse rezagado. Es ya la quinta vez que se están renegociando los hitos y objetivos para facilitar los desembolsos. Si se toma el total de los fondos incluyendo los préstamos, España ha ejecutado en torno a un 20% de estos recursos frente a cifras superiores al 70% en países como Dinamarca, Francia u Holanda; si bien ciertamente estos Estados tienen una proporción mucho menor de dinero que ejecutar.

Es en este contexto que el Banco de España recuerda que hace falta pisar el acelerador “de forma no despreciable” para lograr gastar todos los fondos, según ha indicado el director de Economía de la entidad, Ángel Gavilán. La institución prevé además una mejora de la inversión —una rúbrica que se había quedado rezagada desde la pandemia— basada en ese acelerón, en la bajada de tipos y en la construcción de vivienda.

El banco también pronostica una décima de impulso al PIB por el plan español de gasto en defensa, sobre el que también considera que hay mucha incertidumbre en cuanto a su magnitud y composición. Este plan lo valora en un importe del 0,6% del PIB contando préstamos. Pero lo reduce a un gasto efectivo de la Administración del 0,2% del PIB, que con un multiplicador del entorno del 0,5, tomado de la evidencia histórica, arroja esa décima de mayor crecimiento para este año. Este multiplicador podría acercarse al 1 si estos recursos se asignaran a bienes de inversión de origen interno, añade. El multiplicador es cuánto crece la economía por cada punto del PIB que aumenta el gasto en defensa, se produce cuando se eleva el gasto y ya no tiene ningún efecto en los años siguientes a menos que haya más incrementos.

Como avanzó el día anterior el gobernador José Luis Escrivá, el banco ha rebajado sus previsiones de crecimiento: las baja en tres décimas para este año, del 2,7% al 2,4%, lo que conlleva una ralentización frente al 3,2% registrado en 2024. Recorta dos décimas por el dato del primer trimestre y las actualizaciones más recientes que ha hecho el INE de la segunda mitad del 2024, que suponen una leve desaceleración de la actividad previa al conflicto arancelario. Otras dos décimas se reducen por el empeoramiento de las tensiones comerciales con los anuncios de Trump: esta incertidumbre tendrá un efecto adverso sobre los mercados exteriores, el consumo y la inversión, vaticina el organismo basándose en lo que ya se aprecia en las encuestas de confianza. En sentido contrario, el supervisor sube una décima el crecimiento debido al gasto en defensa. También contempla unos precios de la energía y unas condiciones financieras más favorables que hace tres meses.

En cualquier caso, se trata de modificaciones leves en un entorno de gran incertidumbre, pues las exportaciones españolas tienen una escasa exposición directa a Estados Unidos. Dicho esto, según las encuestas del banco, un 30% de las empresas declara que se verían afectadas por el conflicto comercial, aunque en su mayoría sea de forma indirecta. Y el organismo reconoce que los riesgos son a la baja, así que ha construido un escenario alternativo más pesimista. En el escenario base se considera que los aranceles se quedan en el 10% y que no hay represalias; se reconduce la pelea con China con aranceles del 20%; se reduce gradualmente la incertidumbre, y hay un retorno a la estabilidad en los mercados. En cambio, en el escenario de riesgo los aranceles se colocan en el 20% para la UE y hay represalias; se desata una guerra comercial con China; vuelven las turbulencias financieras en un contexto de dudas sobre la sostenibilidad fiscal de Estados Unidos y se mantiene la incertidumbre lastrando el consumo y la inversión. Bajo este último supuesto, se restarían otras cuatro décimas al crecimiento de la economía española para este año, dejándolo en el 2%. Y otras siete décimas el que viene, situándose en un 1,1%.

Respecto al segundo trimestre, la institución pronostica un crecimiento trimestral entre el 0,5% y el 0,6%, lo que implicaría una leve ralentización sobre los incrementos que llevaba encadenando el PIB durante los últimos dos años. Se contempla así una cierta desaceleración gradual más acorde con los fundamentos estructurales conforme deja de tirar tanto el turismo y se moderan algo los flujos migratorios. El banco prevé en su escenario base una cierta estabilización del turismo después de los fuertes crecimientos que tuvo tras la covid, aunque en todo caso recuerda que por ahora se ha mantenido una preferencia mayor de los hogares europeos por el gasto en vacaciones. También asume que las exportaciones de servicios se resentirán en alguna medida debido a que muchas acompañan a las de bienes. Es decir, en un contexto de tensiones comerciales el sector exterior dejará de tener una aportación positiva al crecimiento. El consumo privado será el que tire según vayan mejorando las rentas y aumentando el empleo. La inversión se irá recuperando. Y el consumo público se moderará después de haber crecido mucho en los últimos años.

En cuanto al mercado laboral, se seguirá creando empleo, aunque a un menor ritmo en línea con la marcha de la economía. Y esto hará que el paro descienda más levemente: entre 2024 y 2027 disminuiría del 11,3% al 9,7%.

La inflación tendrá un ligero repunte en los próximos meses por el fin de las subvenciones al transporte en julio (lo que añadirá unas dos décimas de inflación interanual). Después del verano, seguirá moderándose hacia tasas cercanas al 2% gracias a los precios de la energía y la apreciación del euro. Así, en 2025 el IPC armonizado con Europa subiría de media un 2,4% frente al 2,9% que escaló el año anterior. Y en 2026 se colocaría en el 1,7%. Si bien se espera que los precios de los servicios, sobre todo del turismo, suban este verano a tasas cercanas al 4% y luego se ralenticen.

El gasto neto de medidas de ingresos, la referencia que ahora vigila la Comisión Europea para hacer seguimiento de los planes fiscales, fue menor al comprometido en 2024, lo que ha brindado cierto margen para desviarse en los años siguientes. Sin embargo, este año se espera que este indicador de gasto público crezca un 4,8% frente al 3,7% comprometido, apunta el supervisor. Esto podría representar un incumplimiento y obligaría a ajustes. Pero el banco recuerda que se puede aplicar la cláusula de escape alegando el aumento de gasto en defensa. Y agrega que de todas formas hay mucha incertidumbre sobre esos datos.

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Sobre la firma

Antonio Maqueda
Periodista de la sección de Economía. Graduado en Periodismo en la Universidad de Navarra y máster por la Universidad de Cardiff, ha trabajado en medios como Cádiz Información, New Statesman, The Independent, elEconomista y Vozpópuli.
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