El déficit comercial de España engorda un 86% en el primer trimestre
El saldo negativo con EE UU en el intercambio de bienes se duplica con respecto al mismo periodo del año anterior


El déficit comercial de España engordó un 86% en el primer trimestre del año, hasta los 15.099 millones de euros. El resultado, que solo incluye el intercambio de bienes, se produce en un momento de máxima tensión comercial global y es el fruto de un aumento marcado de las importaciones, que avanzaron un 9,3% con respecto al mismo periodo de hace un año, según los datos publicados este lunes por el Ministerio de Economía, Comercio y Empresas. Las exportaciones también crecieron, y hasta marcaron un récord: repuntaron un 2,6%, hasta los 95.873 millones, la segunda mayor cifra para el periodo. Si solo se considera el mes de marzo, las importaciones se incrementaron un 18%, mientras que las ventas al exterior lo hicieron un 8,5%, hasta los 34.119 millones.
El déficit comercial se produce cuando un país importa más de lo que exporta. La magnitud no es baladí, más aún ahora que la Administración estadounidense de Donald Trump ha abierto fuego sobre el comercio internacional con el anuncio, el pasado abril, de la imposición de la mayor batería de aranceles en un siglo. El plan de Washington pasa por una tarifa del 10% para todo el mundo, que se incrementa para los mercados con superávit comercial, aunque este último recargo está, de momento, congelado.
La UE forma parte de ese bloque de mercados doblemente castigados por ostentar un superávit comercial con EE UU. Es así que la tarifa fijada por Washington a las importaciones comunitarias sería en total del 20% si Trump decide finalmente apretar el gatillo y aplicar los recargos extra a los países que considera más desleales en terreno comercial. España entraría en esta ecuación, aunque su saldo de intercambio de bienes con el gigante norteamericano es negativo si se considera de forma aislada.
Los datos publicados este lunes confirman la posición deficitaria española. Las exportaciones de bienes hacia EE UU crecieron un 8,7% (1.661 millones), un incremento marcado que puede deberse al adelanto de ventas para esquivar la ametralladora arancelaria —una estrategia que ha disparado superávit de la UE en el primer trimestre—. Sin embargo, las importaciones repuntaron mucho más, por encima del 42% (2.878 millones) en el pasado marzo. Para entonces, Trump no había anunciado aún su ofensiva arancelaria, pero la amenaza ya estaba en el aire a falta de que se concretase con un anuncio oficial.
Tomando el conjunto del primer trimestre de este año, la instantánea es parecida: las importaciones de España procedentes de EE UU crecieron un 21,8% y las exportaciones un 2,6%. El resultado es un déficit comercial negativo para España de más de 3.919 millones de euros, un 53,8% superior al de los tres primeros meses del pasado ejercicio.
Paradójicamente, esta posición de desventaja comercial es también beneficiosa, puesto que el golpe de las tarifas supondrá un menor zarpazo y cuanto menos se exporte a Washington —menos de un 5% de las ventas exteriores de España acabaron en el país norteamericano en el primer trimestre—, más leve será el golpe. Las previsiones económicas conocidas hasta ahora confirman la tesis. Todos los grandes organismos nacionales e internacionales estiman que España crecerá este año en el entorno del 2,5% y será prácticamente inmune al giro proteccionista de Trump. La Comisión Europea ha sido la última voz autorizada en pronosticar un avance del PIB del 2,6% para 2025, casi el triple que el conjunto de la zona euro y en línea con los pronósticos del Gobierno.
Eso no quita que ciertas actividades concretas enfocadas al mercado norteamericano se verán particularmente afectadas (aparatos eléctricos, aceites y grasas, entre otras). Asimismo, el daño que los aranceles de Trump puedan ocasionar a otras economías europeas tiene el potencial de contagiar al resto de los socios del bloque. Es el caso de Alemania, que se perfila como la principal víctima comunitaria de la guerra arancelaria y es uno de los principales socios comerciales de España.
Comercio intracomunitario
La mayoría de los intercambios de bienes en el Viejo Continente se realiza entre los socios del bloque. Hasta un 62% de las exportaciones españolas acabaron en el mercado europeo en el primer trimestre del año, por un valor de 59.464 millones, aunque solo avanzaron 0,2 puntos. Las importaciones intracomunitarias, por otro lado, supusieron el 47,8% de total de compras al extranjero en el mismo periodo. En este caso, España sí esgrime un saldo comercial positivo, de 6.367 millones con la zona euro entre enero y marzo.
Francia es el principal destino de las exportaciones españolas. En el primer trimestre del año, las ventas de mercancías hacia el país vecino supusieron el 14,6% del total y alcanzaron los 13.979 millones de euros, dando como resultado un superávit a favor de España de 4.667 millones —un 25% inferior comparado con el año pasado por la caída del volumen exportador—. Alemania es el segundo destino de las exportaciones españolas, pero en este caso la balanza es favorable a Berlín. España registró en los primeros tres meses del año un déficit de 2.576 millones con el país germano, un 60% más que hace un ejercicio.
Si se baja al detalle de las actividades, los sectores con mayores superávits han sido la alimentación, bebidas y tabaco, semimanufacturas no químicas. Aunque la balanza comercial de España sea en su conjunto deficitaria en cuanto a bienes —el aumento de las importaciones en los últimos meses se debe sobre todo a mayores compras de confección, aparatos eléctricos y buques a China y de medicamentos y gas a Estados Unidos—, está tradicionalmente más que compensada por el intercambio de servicios. Estos no están incluidos en los datos facilitados este lunes por el ministerio, y comprenden las categorías del turismo y de servicios empresariales como la ingeniería, la consultoría, las finanzas o los seguros, entre otras.
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