La zona euro crece un 0,4% hasta marzo por las compras adelantadas para evitar los aranceles de Trump

La economía europea ha comenzado el año bastante mejor de lo que se esperaba. El PIB en la zona euro ha crecido un 0,4% en el primer trimestre de 2025, justo el doble de cómo acabó en diciembre, según la primera estimación hecha por Eurostat. Para el conjunto de los Veintisiete, el crecimiento se estima en el 0,3%. Este buen comportamiento contrasta con las encuestas sobre el sentimiento económico que se han ido conociendo en los últimos días, que hablan de un deterioro provocado por la guerra comercial abierta por Estados Unidos en marzo. Una de las razones del tirón en el arranque de 2025 hay que buscarla precisamente en que la subida de aranceles había sido muy anunciada por Washington y muchas compras desde el otro lado del Atlántico se adelantaron para evitar un encarecimiento.

Esta mejora ha llegado especialmente a la primera economía de la zona euro, Alemania, que habría pasado de contraerse un 0,2% en la recta final de 2024 a crecer dos décimas en los tres primeros meses del año. “El endurecimiento de la política arancelaria estadounidense ha hecho que se adelanten las compras de bienes en Estados Unidos. Las exportaciones y la producción industrial en Alemania se beneficiaron de ello en el primer trimestre”, analiza Timo Wollmershäuser, responsable de previsiones del instituto de análisis económico alemán IFO.

Un primer juicio parecido realiza Ángel Talavera, de Oxford Economics, advirtiendo que todavía faltan los detalles del dato divulgado este miércoles: “Las cifras de comercio mensuales que ya conocemos nos dicen que las exportaciones posiblemente han sido gran parte de la razón para este crecimiento. Hay evidencia de que el comercio se ha disparado en los primeros meses del año para intentar anticiparse a los aranceles que vienen”. Apunta también que hay que tener en cuenta la volatilidad de los datos de Irlanda, la isla ha crecido un 3,2% en el primer trimestre del año y esto influye sobre la estadística pese al pequeño tamaño del país.

Como explica Talavera, esta interpretación está avalada por los datos de los primeros meses del año. En Estados Unidos, el déficit comercial se ha disparado: hasta marzo ha crecido un 31% frente al de 2024. En febrero, en la UE, cuando empezaron a concretarse las primeras medidas arancelarias decretadas por Washington (entonces sobre Canadá, México y China) mejoró al pasar de 21.700 a 24.000 millones.

Pero estos buenos números tienen algo de espejismo. A falta de ver cómo evolucionan las negociaciones entre Washington y Bruselas y las exportaciones, este tipo de fenómenos en el que los importadores adelantan sus compras no tiene que traducirse necesariamente en un incremento final de las transacciones. Se trata más bien de un ejercicio de suma cero, puesto que no se van a adquirir más bienes sino que se van a adquirir antes. Por tanto, lo que ya se ha comprado no volverá a comprarse. En consecuencia, este incremento de ventas al exterior puede convertirse en un descenso en el futuro próximo.

Y eso lleva al instituto Ifo ha temer que “la economía alemana vuelva a contraerse ya en verano”, porque entonces se notará también el efecto de los derechos aduaneros en Estados Unidos en su totalidad. “El notable aumento de los aranceles sobre las importaciones procedentes de la UE que entró en vigor en abril y la amenaza de nuevos incrementos arancelarios pesaron sobre la evolución ulterior de la economía”, apuntan sobre la gran fuente de exportación europea, que es Alemania, el país más grande.

No solo Alemania ha mejorado sus cifras de un trimestre a otro, también lo ha hecho Francia, que ha pasado de retroceder una décima a ganarla o Italia que ha mejorado en una décima su rendimiento, hasta el 0,3%. Este último país también tiene una relación comercial con Estados Unidos. De ahí que el servicio de estudios de ING advierta de que si la situación arancelaria no se resuelve, la mejora amenaza con ser quedarse en un simple rebote.

España, por su parte, es de los países que frenó algo a comienzos de año. Acabó en 2024 con un incremento del 0,7% y ahora es una décima menor. No obstante, esas seis décimas de crecimiento superan con holgura el dato agregado y la del resto de países cuyos números ha publicado Eurostat. Solo le iguala Lituania, con un dato similar, y la ya citada Irlanda, cuyos números suelen estar muy condicionados por lo que sucede con la presencia allí de las sedes europeas de las grandes compañías tecnológicas estadounidense, cuyas colosales cifras de ingresos provocan grandes vaivenes en la estadística del país.