Las pérdidas de Twitter bajan un 25% en su tercer trimestre fiscal

Twitter cerró las cuentas del tercer trimestre con una pérdida neta de 131,7 millones de dólares (120 millones de euros). El resultado representa una mejora del 25% cuando se compara con el rendimiento hace un año. La tecnológica estadounidense, en pleno tumulto en su cúpula ejecutiva, cuenta en la actualidad con 307 millones de usuarios activos. Wall Street recibió el anuncio con una caída superior al 10% porque solo sumó cuatro millones de usuarios.

La red social acaba de nombrar a Jack Dorsey como consejero delegado permanente, después de que el pasado junio tuviera que tomar las riendas tras la dimisión de Dick Costolo. A los pocos días de su confirmación anunció un ajuste de empleo que afectará al 8% de la plantilla, designó a un nuevo presidente ejecutivo y todo esto se hacía mientras estrenaba un nuevo producto llamado Moments.

Los ingresos de la compañía con sede en San Francisco se elevaron a 569 millones en el trimestre que concluyó en septiembre, un 58% más en el año. Pero la plataforma está mostrando grandes dificultades para sumar nuevos usuarios y al rentabilizar ese tráfico. Por este motivo la atención se centró en ver el ritmo con el que crece su base. Aunque habla de un incremento del 11% en el año, queda en pocos millones cuando se descuentan los tuits que se hacen por SMS.

Twitter experimentó una caída del 17% de su valor bursátil desde julio, un rendimiento mucho peor que el 2% que arrastra el S&P 500 en el mismo periodo. El castigo llegó al punto de que la acción perdió en agosto incluso el nivel del precio de la oferta pública. Empezó a recuperar cuando a comienzos de este mes se confirmó la permanencia de Dorsey, que combina la gestión con Square.

Los inversores tratan en este momento de dar margen al cofundador de Twitter para ver si es capaz de reconducir el negocio, antes de dar el valor por perdido. El servicio Moments también podrá mostrar su potencial de generar ingresos en el cuatro trimestre. Las expectativas, en cualquier caso, son más bien bajas y contrastan con Facebook, la plataforma social dominante en Internet que controla además WhatsApp e Instagram.