Boeing descarta retrasos en la producción del Dreamliner

Boeing presenta resultados de cierre de ejercicio. Pero Jim McNerney, su consejero delegado, mira más hacia lo que se le avecina por las baterías quemadas del Dreamliner, su nuevo avión, que al pasado. Ni la compañía ni los reguladores de la aviación civil saben que está yendo mal, pero McNerney asegura que el incidente no tendrá un impacto mayor en la producción del B787. Mientras prosiguen la investigación, los 50 aviones entregados están en tierra a la espera de nueva orden.

El fabricante estadounidense, que acaba de arrebatar a Airbus el cetro de la industria de la aviación comercial, espera entregar entre 635 y 645 aviones a lo largo de 2013. De ese total, 60 unidades serían de la familia del flamante pero desafortunado Dreamliner. Boeing ya dijo hace dos semanas que sigue adelante con la producción del B787, pero no va a entregar ninguno de estos aviones hasta conocer el resultado de la investigación en curso en EE UU y Japón sobre su sistema eléctrico.

Que el Dreamliner vuelva a volar pronto y de forma segura es la prioridad en este momento en Chicago, como señala McNerney en la nota en la que explica los resultados. El grupo Boeing cerró el ejercicio 2012 con un beneficio neto de 3.900 millones de dólares, lo que representa una caída del 3% con respecto a 2013. Esto se debe en parte a la fortaleza que mostró el dólar a lo largo del pasado año. La facturación se elevó un 19%, hasta 81.700 millones.

Por lo que respecta solo a la división de aviación comercial, Boeing presenta un ingreso récord de 49.130 millones, de los que 14.160 millones corresponden al cuarto trimestre, un 36% más que en 2011. Durante el pasado año entró en operación la nueva planta de ensamblaje del Dreamliner en Charleston, Carolina del Sur. Ahora produce cinco aparatos al mes. También se entregó en 2012 el primer B747-8 Intercontinental. En total, cuenta con una cartera de pedidos de 4.400 aviones.

Mc, durante la conferencia con analistas, reiteró que se llegará al fondo del problema y que se hará todo lo posible por restaurar la confianza en el avión. Además, considera que es muy difícil especular en este momento sobre cuál de las empresas con las que trabaja tiene la culpa del incidente con la batería. Según las últimas informaciones de las aerolíneas japonesas, Boeing estaba al corriente de los problemas con estos componentes antes de tener lugar los incendios que acabaron por provocar un aterrizaje de emergencia en el país nipón.