La economía española caerá un 3,6% en 2009 y no volverá a terreno positivo hasta 2011

El Gobierno ha hecho este viernes un ejercicio de realismo y, tal y como se esperaba, ha aprovechado la aprobación del techo de gasto de los presupuestos de 2010 para revisar sus previsiones de los próximos ejercicios. Así, si el pasado año auguraba una contracción del Producto Interior Bruto del 1,6% en 2009, ahora ha empeorado esta cifra hasta el 3,6%, por encima del resto de cálculos de los organismos internacionales y que se justifica por la mala evolución registrada en el primer trimestre.

Además, según los datos que ha hecho público la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, tras el Consejo de Ministros; la economía española no volverá a crecer hasta 2011, con un avance del 1,8%, después de caer un 0,3% en 2010 para volver a aumentar en 2012, con un alza del 2,7%. En las previsiones de las principales instituciones internacionales la recuperación del conjunto de la Unión Europea está prevista para mediados de 2010.

En cuanto a las cuentas del Estado, el déficit seguirá disparado y, tras acabar 2008 en el 3,8%, aumentará al 7,9% a final de año y se frenará al 5,2% el siguiente. Hasta ahora, el Ejecutivo preveía unos números rojos del 5,8% y el 4,8%, respectivamente. Siguiendo con las exigencias de Bruselas, también confían en situarse en el 3% en 2012.

En cualquier caso, este fuerte deterioro seguirá cebándose en el paro y, aunque Salgado ha asegurado que el desempleo "no llegará a los cinco millones ni de lejos", aumentará al 18,9% -unos 4,3 millones en base a los últimos datos de la EPA- tras cerrar 2009 en el 17,9% a pesar de que ahora ya está en el 17,36%. Durante los dos años siguientes, la tasa de desempleados en relación a la población activa se moderará unas décimas hasta el 18,4% en 2011 y el 17,1% durante el ejercicio siguiente.

Por su parte, el mencionado techo de gasto para los Presupuestos Generales del Estado de 2010 también baja, un 4,5% menos que en 2009 hasta los 182.439 millones.

Además, el Gobierno ha dado luz verde a la ley ómnibus con la que cambia 47 leyes para avivar la competencia en los servicios.