La negociación entre Izar y los sindicatos, varada en las sanciones de Ferrol

Los sindicatos de Izar han vuelto a levantarse de la mesa de negociación con la empresa, tras decidir ésta mantener la sanción de diez días de empleo y sueldo impuesta, aunque sin ejecutar aún, a la factoría de El Ferrol por incumplir los plazos legales para comunicar la convocatoria de movilizaciones. Además, exigen que Izar cierre los expedientes informativos que ha abierto a cerca de 5.000 trabajadores, de una plantilla de 11.000, por su participación en los paros convocados el mes pasado en demanda de empleo y futuro para los once astilleros públicos.

Tras reunirse durante unos 45 minutos con la dirección de Izar para hablar de la carga de trabajo en los astilleros públicos con menor ocupación, Felipe López, secretario de Acción Sindical de la Federación Minerometalúrgica de CC.OO., emplazó en nombre de todos los sindicatos a la SEPI, accionista único de la empresa, a que diga públicamente si quiere continuar la negociación sobre la carga de trabajo y el convenio colectivo. Aseguró que se mantienen los paros de tres horas convocados para mañana y el 31 de marzo en los astilleros, pero sin manifestaciones en la calle.

La respuesta de Izar se producía a última hora de la tarde. En un comunicado, la dirección lamenta que los sindicatos que no quieran aprovechar esta magnífica oportunidad para poner en marcha medidas y ofrece tratar la retirada de estas sanciones "siempre que se vuelva a la normalidad laboral".

Esperar al nuevo Gobierno

Los sindicatos, la SEPI e Izar no se reunían desde el 25 de febrero, cuando los representantes de los trabajadores decidieron levantarse de la mesa de negociación tras acusar a la SEPI de "falta de voluntad" para cerrar un acuerdo que, en su opinión, es "verdaderamente factible".

Según López, vuelve a corresponder a la SEPI decir si está interesada en "dar una salida al conflicto", porque "si no esperaremos al próximo Gobierno", al que pidió más "racionalidad y sensibilidad y mejor disponibilidad". Aunque los sindicatos confían en seguir hablando, expresó sus sospechas de que los actuales gestores de Izar y la SEPI pretendan radicalizar el conflicto para que sus sustitutos se encuentren con un problema más serio de resolver.