Días góticos

Las hijas de los que pagarán más impuestos no han pedido este año por Reyes la Barbie, sino unas muñecas de aspecto siniestro llamadas Monster High. Las niñas juegan con modelos de rostros lánguidos y color de cadáver antes que con la icónica rubia platino, la del novio con Ferrari. Manda lo gótico.
Las parejas que sobreviven con nóminas menguantes, y dan gracias porque no les ha pillado un ERE, se evaden viendo American horror story (Fox), sobre una asustada familia en un caserón maldito con una inquietante vecina, Jessica Lange, que, de tan creíble, podría ser la suya.
El tarraconense enfermo del corazón, que ahora sabe que si sufre un infarto por la tarde será trasladado 100 kilómetros hasta Barcelona antes de que se paguen horas extra, se entretiene de noche con The walking dead (La Sexta y Fox), un viaje a ninguna parte por carreteras pobladas por zombis, fiel adaptación de un cómic de culto para los amantes del gore.
El parado de larga duración al que humillan retirando la tarjeta sanitaria se relaja con Dexter (Fox Crime), investigador o asesino implacable por turnos, tan ávido de sangre como de justicia.
En casa de la profesora estresada a la que suben la jornada por menos salario y llaman vaga, un chico lee uno de los libros de Crepúsculo, lucrativa saga de vampiros románticos y castos, mientras ella sigue True blood (Canal + 1), sobre unos chupasangre de erotismo menos contenido que salen del armario en la conservadora Luisiana.
Dos novios recién licenciados que, como mucho, van a conseguir un minijob están siguiendo la oscura The killing (AXN y Fox Crime), sobre una investigadora que da plantón a su boda obsesionada con resolver un truculento asesinato mientras siempre llueve y es de noche.
Al discapacitado que esperará otro año para cobrar la ayuda a la dependencia, le interesa Entre fantasmas (Divinity y Fox), con sus diálogos entre los vivos y los muertos.
Algún hipotecado al borde del desahucio ya no tendrá un salón con televisión cuando se estrene, en otoño, una versión actualizada de la mítica familia Monster (The Munsters).
Claro. Del terror nos gusta lo grotesco, reírnos de los monstruos. Si lo que da miedo es el telediario.
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