La lluvia deja la fiesta de la patrona a medio gas

La lluvia dejó ayer a medio gas la fiesta de la patrona de Barcelona. La Mercè, no obstante, está acostumbrada a tener jornadas lluviosas. Y el aguacero que cayó desde primera hora de la mañana hasta pasado el mediodía hizo suspender bastantes de las actividades en la calle. Desde la jornada castellera en la plaza de Sant Jaume y los pilares de castellers en la plaza de la Mercè, el desfile de los gigantes y diversos espectáculos en el parque de la Ciutadella y de la programación de circo en el Castillo de Montjuïc, salvo las actuaciones en la carpa. Pese a la lluvia, un público familiar hacía cola para ver los espectáculos de la carpa de Montjuïc. Y también en el parque de la Ciutadella se realizó alguna actividad en el quiosco.

El séquito de autoridades a la salida de la basílica de la Mercè, con el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, tampoco tuvo mucho público, excepto el de un grupo de indignados que silbó a la comitiva. Los indignados portaban un cartel con una imagen de la virgen y el lema "Viva La Mercè indignada".

32.000 latas

Otra Mercè más con un batallón de lateros en la calle. En la noche del viernes, se vendían latas hasta en la puerta del Ayuntamiento, en la plaza de Sant Jaume, donde el público veía las proyecciones de luz en la fachada del edificio consistorial. Está claro que es un fenómeno difícil de controlar por muchos agentes que salgan a la calle. En las dos primeras noches de las fiestas de la Mercè, la Guardia Urbana ha decomisado 31.272 latas.

Además, también intervinieron cinco establecimientos comerciales que colaboraban suministrando las latas. Uno de ellos, en la calle de la Princesa, fue precintado por tener unas condiciones de salubridad graves. Era un supermercado que desprendía un fuerte olor procedente de una despensa de unos 40 metros cuadrados llena de basura, de donde los agentes decomisaron casi 3.000 latas y otros productos caducados expuestos a la venta.

El alcalde señaló que la Guardia Urbana seguirá actuando "con toda la insistencia que haga falta" contra los lateros y también contra los almacenes de distribución. Reconoció que hay áreas muy difíciles de controlar, como el Gótic y, en general, los entornos de los conciertos.