Balañá tanteó la posible recalificación del coso

Hace años que el grupo Balañá era consciente de que La Monumental no tenía demasiado futuro como plaza de toros. De hecho, antes de que arreciera el movimiento antitaurino, fue el descenso del rendimiento de la plaza -hace años se alquilaba a compañías de circo y también para conciertos musicales- lo que llevó a algunos miembros de la familia Balañá a sondear otras posibilidades al Ayuntamiento de Barcelona. Jordi Portabella (ERC) intentó, sin conseguirlo, en 2007, cuando formaba parte de tripartito que gobernaba Barcelona, que la plaza de toros acogiera el nuevo mercado de los Encants. Fue la difícil solución arquitectónica para ello -y la oposición de los comerciantes -lo que lo imposibilitó. Después, el grupo siguió sondeando al Consistorio -encabezado por Jordi Hereu- si era posible una operación similar a la de las Arenas; recalificar el terreno y construir un centro comercial. Esa posibilidad fue rechazada por el gobierno socialista. Como también se declinó otra de las posibilidades tanteadas por el grupo empresarial, la de que el Ayuntamiento le expropiara la plaza o que le permitiera derribarla para construir -en suelo de equipamiento- algo que no resulte tan costoso como las limitaciones que impone el coso taurino, explican fuentes socialistas que conocieron las últimas aproximaciones.
Nada cuajó y el futuro de La Monumental quedó en el aire, reconocen las mismas fuentes. Lo mismo ocurrió con las negociaciones del teatro Principal, en La Rambla. Propiedad del grupo Balañá, que no llegó a acuerdo alguno para ceder la propiedad de ese edificio a cambio de otros solares en la ciudad o de una compensación económica. "No hubo manera", recuerda uno de los negociadores municipales. No hubo problema, en cambio, para que el empresario cediera La Monumental para habilitarla como uno de los escenarios para la visita del Papa, el otoño pasado.
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