Píldoras humorísticas del doctor Sanzol

Cuando vi a las chicas de T de Teatre representando Hombres!, en el Salón Cervantes de Alcalá, hace 15 años, pensé que si les daban la oportunidad llenarían un año entero el Teatro Alcázar. Me equivoqué: llenaron el Marquina. A Alfredo Sanzol lo "descubrí" en 2001 en Cuarta Pared, con Cous cous y churros, desternillante comedia de creación propia que pasó un tanto desapercibida: tuvo que montar muchas otras y entrar en el Centro Dramático Nacional para que la crítica se fijara en él y le diera un empujón. Hace dos años, las T de Teatre lo conocieron, les deslumbró y le invitaron a crear un espectáculo para ellas.

Se entendieron de miedo. Delicadas, resultado de su encuentro, es un álbum de historietas ambientado en la España agraria de la Guerra Civil y de la posguerra, un mosaico de recuerdos de infancia distorsionados por el paso del tiempo y la imaginación febril del niño que los presenció. Bajo la luz solar irreal de Albert Faura, en la escenografía a campo abierto de Alejandro Andújar, las tías y las abuelas de Sanzol reviven oníricamente el día en que un aviador aterrizó en los sembrados y le tiró los tejos a una de ellas, la mañana en que un amigo suyo regresó con el encargo de fotografiarla desnuda, el caso del Cristo pegado con cemento para que no se lo llevaran los milicianos y el de la mujer que busca a un vecino para cazar ese ratón audaz que a su marido se le escapa.

El autor navarro dice mucho con palabras escasas cargadas de subtexto, lo pone todo perdido de silencios inquietantes y crea una tensión soterrada, resuelta con golpes de humor colocados certeramente por Marta Pérez, Ágata Roca, Mamen Duch, Carme Pla y Jordi Rico y Albert Ribalta, dos fichajes que enriquecen notablemente el perfil de la compañía. Sería injusto resaltar a ninguno de ellos en una labor de equipo tan empastada. Sanzol les ha impreso a todos un estilo contenido y punzante que yo creía privativo de los actores de su compañía, pero no. Delicadas es tal vez lo mejor de Sanzol desde aquel Cous cous y churros efervescente e ignoto, y lo mejor también de T de Teatre. Que repitan la experiencia.