La ONU analizará la situación de Haití

La Asamblea General de la ONU celebrará una reunión informal el próximo 3 de diciembre para analizar la situación en Haití, a raíz de la epidemia de cólera que ha provocado ya miles de afectados y los disturbios entre haitianos y soldados de la Minustah, la misión que el organismo tiene en el país caribeño.

El jefe de la Minustah, Edmond Mulet, calificó ayer los actos violentos de "criminales e irresponsables", ya que, en su opinión, condenan "a una muerte segura" a miles de enfermos de cólera. "Cada segundo que pasa puede salvar o destrozar miles de vidas", señaló Mulet en un comunicado, en el que advirtió que los disturbios están impidiendo la asistencia médica a los pacientes.

Las protestas tienen su origen en las acusaciones a los soldados nepalíes de la misión de haber importado el brote, que se ha cobrado ya la vida de 1.186 personas, mientras que 49.418 han sido atendidas, según las autoridades locales.

"Si esta situación [de violencia] perdura, cada vez más pacientes que esperan desesperadamente cuidados corren el riesgo de morir, cada vez más haitianos corren el riesgo de ser atrapados por la epidemia", clamó Mulet.

El brote de cólera, que se extiende por todo el país, ha llegado a la prisión central de Puerto Príncipe, donde ya han fallecido 10 personas en los últimos días, según informó ayer el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). El portavoz, Marçal Izard, señaló que, además, otros 30 presos han contraído la enfermedad y expresó el temor de que la epidemia se expanda rápidamente en la prisión debido al hacinamiento. La cárcel de la capital acoge a unos 2.000 internos, cerca de una cuarta parte de todos los presos en Haití.

En la vecina República Dominicana, donde no hay víctimas mortales, el número de enfermos de cólera ha ascendido a tres al declararse dos nuevos casos, que afectan a una abuela y a su nieta, de tres meses, ambas dominicas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró ayer que la epidemia se va a extender a República Dominicana, aunque no será tan devastadora como en Haití.