Puigcercós minimiza sus diferencias con CiU por la corrupción

Joan Puigcercós, líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), cerró ayer una puerta que el partido había intentado mantener abierta en las tres últimas campañas: la llamada equidistancia, la aparente ambigüedad de Esquerra para decantarse hacia el Partit dels Socialistes (PSC) y Convergència i Unió (CiU). Ayer lo dejó claro: "En las condiciones actuales no volveré a hacer presidente a José Montilla", aseguró Puigcercós. Y tanteó a Artur Mas, relativizando las disputas que han tenido ambos partidos: "He hecho un esfuerzo durante estos años para tender puentes con CiU. Pero hay situaciones complicadas. La segunda edición del pacto a tres alejó a CiU y ERC (...) Es posible que el caso Palau también nos haya alejado. Pero no creo que sea excusa para no hablar", aseguró el líder republicano en un desayuno informativo.

Puigcercós necesita no solo tender puentes, sino convencer a CiU que, en caso de no obtener la mayoría suficiente, ERC es la mejor opción para la nueva andadura en el Gobierno. Las relaciones entre los dos partidos están fragmentadas, tal como reconoció Puigcercós, porque los independentistas, en dos ocasiones, escogieron al PSC cuando podían dar la presidencia a Mas.

Su reto en esta campaña es difícil: que CiU tenga un resultado alejado de la mayoría absoluta y que ERC tenga la suficiente fuerza para decantar el Gobierno. Por ello no ahorra una crítica a Artur Mas, al que azota por el caso Palau y por su espíritu pactista con el Gobierno central. Pero, con cuentagotas, también desgrana algún guiño para tender puentes. Las críticas volverán hoy: los independentistas celebran el acto central en el Palau de la Música, el escenario del caso de corrupción que salpica a CiU.