Mas seduce a los empresarios con la promesa de reducir el paro a la mitad

José Montilla, presidente de la Generalitat, convocó ayer oficialmente las elecciones y mientras, Artur Mas, candidato de CiU, exhibió su poder de convocatoria en una conferencia multitudinaria en el Círculo Financiero de La Caixa con 1.300 personas. Ante un auditorio atestado -hubo una larga cola de hombres trajeados en la Diagonal y la entidad financiera tuvo que habilitar cuatro salas para acogerlos-, Mas explicó que su primer horizonte es lograr que el paro, ahora del 18% en Cataluña, pase en cuatro años a una cifra de un solo dígito; más allá del concierto económico, el tema estrella de su programa.

"No digo que sea fácil reducir el paro pero lo vamos a intentar. Pero es el primer paso para levantar la economía con un crecimiento sostenido y menos histérico como el que tuvimos", dijo en una conferencia que, precisamente, llevaba por título esa idea. Presentado por Isidre Fainé, presidente de La Caixa, como un hombre preparado, que habla idiomas y amante de la literatura francesa, Mas se movió como pez en el agua "en ese oasis de paz" y ante un público que buscaba futuras complicidades. Durante la conferencia, el líder de CiU obvió el acto en el que Montilla hizo balance del tripartito y solo citó al Gobierno por haberse manifestado divididos la obra del Cuarto Cinturón. "Y eso no es serio ni responsable", censuró.

Con un auditorio entregado, Mas citó seis elementos esenciales para levantar la economía: la moderación fiscal, el adelgazamiento de la Administración, garantía de liquidez, reformas estructurales, la competitividad y la mejora del modelo educativo para reducir el fracaso escolar. "Y eso es prioritario. Tenemos el 30% del fracaso escolar y no es culpa solo del tripartito", reconoció. Y como telón de fondo, volvió a hacer una apasionada defensa del concierto económico y de una nueva relación con el Estado ante los reiterados fracasos de Cataluña, el último cristalizado con la sentencia del Estatuto, para encontrar acomodo en España. "Cuando hay gente que me dice que es complicado, yo les digo que me planteen una alternativa mejor", señaló explicando que le cuesta entender por qué socialistas y populares apoyan el concierto en Euskadi y no en Cataluña.

A diferencia de su reciente charla en la Cámara de Comercio, Mas no pidió explícitamente complicidades de los mejores profesionales para un futuro gobierno aunque lanzó un elocuente guiño a Andreu Mas-Colell, ex consejero de Pujol, presente en la sala, al que definió como referente en investigación. Mientras, hubo otra persona que casi se le ofrecía. Su socio Josep Antoni Duran i Lleida, líder de Unió, dijo ayer en la COPE que después del 28-N, si CiU le necesitaba -se sobrentiende que para un eventual gobierno- estaba a su disposición. En las filas socialistas la oferta de Duran se interpretó como un intento del político democristiano de regresar a Barcelona en un momento en que el socio prioritario del Gobierno es el PNV y no CiU. No es el primer dirigente nacionalista que pide un puesto a Artur Mas antes de ganar las elecciones: también lo hizo el alcalde de Sant Cugat, Lluís Recoder.

Pese a que los sondeos apuntan que CiU roza la mayoría absoluta, Mas no dio crédito a los mismos ni permitió que se le tratara ya como futuro presidente. "Ese título es de Montilla", recordó. Eso sí: pidió una amplia mayoría del electorado para no tener que forzar pactos. "Para gobiernos poti-poti, ya tenemos lo que tenemos", sentenció.