El puerto salva la primera huelga

Una tormenta perfecta sobrevoló ayer el puerto de Valencia: tres huelgas diferentes, con carácter acumulativo y capacidad para colapsar la mayor infraestructura de la comunidad autónoma, paso obligado para buena parte de las importaciones y (sobre todo) las exportaciones valencianas. A mediodía, el puerto superó el primer obstáculo. El más acuciante: los transportistas, que habían bloqueado la entrada y salida de mercancía del recinto durante seis días, desconvocaron el paro indefinido tras alcanzar un acuerdo con la Sociedad Naviera Valenciana. La patronal se había comprometido, según Transcont, a reducir a 30 días (desde los 90 y hasta 120 actuales) el pago por servicio a los camioneros. La situación, sin embargo, seguía teniendo "mala pinta", afirmó un portavoz de la Autoridad Portuaria.

La segunda huelga, que tiene lugar hoy en el marco de la movilización del sector público contra los recortes del Gobierno, era de pronóstico incierto. En todo caso, no contribuirá a devolver la normalidad a unas terminales que acumulaban miles de contenedores.

La tercera huelga, convocada para el jueves, el viernes y otras cuatro jornadas de junio en las compañías consignatarias y navieras, tiene, en principio, más posibilidades de poner el puerto patas arriba: sus empleados se encargan de gestionar las exportaciones y las importaciones. "Si no se tramitan los documentos, será muy difícil continuar con la actividad", reconocía el portavoz de la Autoridad Portuaria.

La crisis y la recuperación de las exportaciones aumentan la preocupación por el puerto. La crisis también está detrás del alto nivel de conflictividad laboral que padece. La huelga del jueves está motivada, según CC OO y UGT, por la intención de la patronal de eliminar del sueldo el concepto de antigüedad.