Los hoteles de la marmota
Para escribir su libro Hotel España (Norma) el periodista y escritor chileno Juan Pablo Meneses viajó por capitales latinoamericanas siguiendo una norma: hospedarse sólo en establecimientos con ese nombre.
Una idea peculiar.
Viví tres años en el Hotel España de Buenos Aires. Fue como meter mi vida en un paréntesis: cada día usaba una pastilla de jabón y una toalla nueva.
Como el día de la marmota.
Justo. El caso es que me empezaron a comentar que cada capital latinoamericana tenía su Hotel España. Yo estaba fascinado con esa vida parentésis y pensé que sería interesante y divertido alojarme en todos ellos. Casi todos se construyeron en los cincuenta con un halo pretencioso y ahora son de lo más decadente.
Habrá visto de todo.
Ninguno tiene más de dos estrellas. Eso sí, el de La Paz, en Bolivia, se publicita como "Las dos estrellas más exclusivas de la ciudad". Tiene su historia: cuando Evo Morales salió presidente Cuba le envío una delegación médica que se alojó en este hotel. Venían a operar a los más necesitados, sin saber que entre ellos estaba Mario Terán, el soldado que disparó al Che. Cuando se conoció la noticia tiempo después el diario cubano Granma tituló: "El Che sigue haciendo milagros después de muerto".
¿Y hay uno en La Habana?
Sí, pero está en ruinas. Creo que resulta muy metafórico. También me alojé en algunos terribles, como el de México D. F. Y es dificilísimo conseguir habitación porque cuesta siete dólares la noche. Claro, gran parte de la clientela no se dedica precisamente al turismo...
¿Recomienda alguno?
El de Buenos Aires, cerca de Avenida de Mayo, aún conserva el encanto.

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