Arrollador Getafe
Pedro León lidera al equipo de Míchel ante un Deportivo exhausto

Ya puede contar con raptos de casta como los que le llevaron a tener el partido en la mano contra el Sporting tras jugar 80 minutos en inferioridad o recordar, como en Sevilla, su reciente pasado de equipo esforzado y hacendoso que oculta con éxito la endeblez de su delantera: el Deportivo boquea, busca aire, no lo encuentra y deja entrever un agónico final de Liga para un conjunto que, paradoja, todavía tiene el cuarto puesto a tiro. Entre lesionados, sancionados y renqueantes, a Lotina se le ha desarmado el chasis en el que ha trabajado dos años. Hoy dirige un grupo vulnerable que no se ha sobrepuesto al efecto demoledor de los avatares de la competición y, sobre todo, a la lesión de Filipe. Desde que el lateral brasileño se dislocó el tobillo derecho, el Deportivo sólo suma ocho de los 30 puntos que ha disputado y apenas la fragilidad de sus rivales en la carrera por Europa le mantiene en la pelea.
DEPORTIVO 1 - GETAFE 3
Deportivo: Manu; Manuel Pablo, Colotto, Zé Castro, Laure; Sergio, A. Tomás (Guardado, m. 61); Rodríguez (Riki, m. 46), Juan Domínguez, Lassad (Valerón, m. 46); y Adrián. No utilizados: Marcos Valín; Adrián López, Seoane y Bodipo.
Getafe: Codina; Torres, Rafa, Belenguer, Mané; Pedro León (Parejo, m. 80), Celestini, Boateng, Adrián; Manu del Moral (Albín, m. 89) y Miku. No utilizados: Gonzalo; Cortés, Casquero, Pedro Ríos y Gavilán.
Árbitro: Muñiz Fernández. Amonestó a Manu del Moral, Belenguer y Mané.
Goles: 0-1. M. 20. Miku. 0-2. M. 31. Zé Castro, en propia meta. 0-3. M. 56. Miku. 1-3. M. 71, Riki.
Unos 20.000 espectadores en Riazor.
A ellos se suma el Getafe. No cabía esperar otra cosa visto el personal que maneja Míchel y su idea de juego. El Getafe suele quedarse a medias. No fue así en Riazor. Fue tanta la superioridad que cuesta entender el dictado de la clasificación. Es posible que tenga que ver con que el fútbol se juega en dos terrenos, el propio y el ajeno, y que el Getafe crece cuanto más lejos se maneja de su portería. Ayer lo consiguió durante la primera parte, suficiente para sentenciar. Armó un bello espectáculo colectivo en el que destacaron solistas como Boateng y Pedro León. El primero derrochó capacidad para desdoblarse y poderío para ocupar espacios y el segundo demostró ser un futbolista superlativo. Míchel le alejó del flanco derecho y le eximió de responsabilidades defensivas. Fabricó el primer gol desde la izquierda y el tercero desde la mediapunta. En otro tiempo, Lendoiro le ficharía hoy mismo.
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