Acuerdo a lo barato
Por lo menos es un acuerdo. Y puede que le dé a Grecia algo de tiempo para respirar. Pero, por lo demás, todo es malo en el acuerdo de compromiso para aliviar los problemas financieros de Grecia. El pacto alcanzado el jueves muestra que los líderes de la eurozona no han sido capaces de lidiar con su primera crisis importante desde la concepción de la moneda única hace 11 años. Y no hay motivos para creer que han aprendido lo suficiente de la crisis para evitar que se repita este fiasco de su propia cosecha.
Angela Merkel, la canciller alemana, estaba totalmente en contra de cualquier forma de rescate y ha logrado incluir en el comunicado de los líderes europeos algunas duras palabras de profesor. Ahora puede llevárselas a casa para demostrar a sus votantes que no ha derrochado dinero en los irresponsables griegos.
Por eso los préstamos bilaterales de la UE sólo se otorgarán como "último recurso", signifique lo que signifique eso para un país que ya tiene que pagar más del doble que Alemania para financiarse. Es más, cualquier decisión tendrá que ser unánime, lo que significa que Alemania conservará su derecho a veto. El secreto no tan secreto es que todo el mundo espera que no sea necesaria una decisión antes del 9 de mayo, que es cuando Merkel se enfrentará a unas elecciones regionales clave.
El papel del FMI será principalmente suministrar dinero barato. No puede pedirle a Grecia que devalúe su moneda y no insistirá en endurecer el ya de por sí serio plan de reducción del déficit del país. Desde el punto de vista griego, puede que ésta sea la única buena noticia del acuerdo: si un tercio del dinero viene en última instancia del FMI (como ha señalado el presidente francés, Nicolas Sarkozy), se podría obtener un préstamo de unos 8.000 a 10.000 millones de euros (entre 11.000 y 13.000 millones de dólares) a un tipo de interés de aproximadamente el 2,8%, muy inferior al actual rendimiento de más del 6%.
Pero el acuerdo griego lanza un mensaje terrible a otros países del euro que puedan acabar teniendo problemas financieros: dirigíos directamente al FMI, no os paséis por la eurozona, no recaudéis dinero allí. No sólo conseguiréis dinero barato, sino que también dejaréis al Fondo diseñar y poner en marcha vuestro plan para reducir el déficit, lo que os dará la opción de echar la culpa al poli malo. -
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