El pacto agrario con Marruecos entrará en vigor la próxima campaña

El acuerdo agrícola y pesquero cerrado el pasado noviembre la Unión Europea y Marruecos entrará en vigor la próxima campaña, según los datos que maneja la Administración. El proceso que los organismos comunitarios deben emprender para ratificar su contenido se alargará, en el mejor de los casos, varios meses. Por ello, los nuevos contingentes no se aplicarán hasta el próximo octubre. Las exportaciones de tomates son las más conflictivas.

La Federación de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex) había reclamado que no se produjera una aplicación provisional del acuerdo esta campaña, aunque hubiera sido ratificado por los organismos comunitarios. Se espera un duro debate en el Parlamento Europeo y más ahora, que comparte las decisiones con la Comisión. El acuerdo supone un paso más en el proceso de liberalización de los intercambios agrarios y agroalimentarios, según los compromisos marcados en 1995 en la Declaración de Barcelona. Las exportaciones comunitarias de productos agrarios y pesqueros a Marruecos ascendieron en 2008 a 1.235 millones, frente a los 2.0007 millones de intercambios que hicieron el camino inverso, del país magrebí a Europa. Las ventas comunitarias se centran en los cereales, que suponen el 60% del total, derivados lácteos y oleaginosas. Por su parte, el grueso de las exportaciones de Marruecos está formado por frutas y hortalizas, pescados y conservas.

Quejas españolas

De los productos hortícolas exportados por Marruecos, las preocupaciones se centran en el tomate, que pasa de 213.000 a 225.000 toneladas en la próxima campaña, hasta llegar a las 257.000 en 2013. Además, se abre la posibilidad de un contingente adicional hasta las 285.000 toneladas para esa fecha. Los productores españoles han denunciado reiteradamente en los últimos meses que Marruecos ha llegado a exportar hasta 350.000 toneladas sin respetar los precios de entrada.

Como país productor de frutas y hortalizas, España sería el principal perjudicado por los incrementos de los contingentes. España, por el contrario, no se beneficia apenas con la apertura de las fronteras a los productos comunitarios, al no ser un país exportador de cereales y derivados, productos lácteos y oleaginosas.