Frescura frutal

Una bodega centenaria como Marqués de Riscal demuestra su vitalidad cuando, tras tres décadas en Rueda, es capaz de responder a los desafíos y situarse de nuevo en cabeza. Primero, el padre, Paco Hurtado de Amézaga, y luego, el hijo, Luis, o ambos a la vez, han realizado una proeza enológica sin perder el sentido de la proporción, es decir, del carácter varietal. Aquí tenemos un blanco de Verdejo con más de 20 años, procedente de una sola finca, de bajísima producción, magistralmente elaborado, que sabe sacar partido al terruño: cascajo y cantos rodados en un clima continental bajo influencia atlántica. Tecnología puntera y enología de vanguardia. Se basa en la crianza de cuatro meses sobre lías finas, a fin de ganar en riqueza aromática, untuosidad y capacidad de envejecimiento en botella. Así, el vino ofrece una nariz de frutosidad incisiva y perfumada, con un fino matiz herbáceo adornado por la sutil presencia de las notas de flor de campo. La boca, amplia, envolvente y sabrosa, destaca por su frescura frutal. Y termina en una ola de aromas varietales de fuerte pero elegante personalidad.