El Arzobispo reclama "respeto a la vida desde su concepción"

El Arzobispo de Santiago, Monseñor Julián Barro, aprovechó su discurso de ayer durante la Ofrenda Nacional al Apóstol de la Catedral para difundir la solución cristiana a la "crisis moral y antropológica", además de económica, que sufre la sociedad. "Sólo podremos superarla", dijo, "con la conciencia de que el hombre en el mundo es el valor supremo y de que todo lo demás está al servicio de la persona".

Junto con el Botafumeiro, Monseñor Barro lanzó dos nuevos ataques al aborto y a la eutanasia en forma de consejos para afrontar "un contexto social en el que, con frecuencia, se relativiza la verdad". Para sobrellevar las consecuencias de la crisis, insistió, "es fundamental valorar la familia y respetar la vida desde su concepción hasta la muerte natural". Sobre todo, en estos momentos, en los que "se propaga el sentir de que todo vale" y "se considera que se puede experimentar con las personas en las diferentes dimensiones de su existencia".

Barro hizo hincapié en que "la ambición ideológica e intelectual" puede hacer que el hombre se convierta en un "fanático de sus propios intereses". Por ello, ahora más que nunca, insistió, es necesaria "una profunda renovación cultural y cristiana" y "un redescubrimiento de valores sobre los cuales construir una sociedad más humana".