Ética y respuestas

Me da igual lo que digan los jueces del señor Camps. Los problemas que pueda tener con la justicia deberá resolverlos en los tribunales, pero no es eso lo que ahora me preocupa.

Resulta que es el presidente de mi comunidad y para mí (y sé que en eso nos diferenciamos) lo legal no es sinónimo de lo ético. Y, como me representa, es absolutamente imprescindible que me aclare, a mí, no al juez, tres cosas: primero, que pagó los trajes y que, por supuesto, tiene las facturas; segundo, que no me mintió cuando dijo que no era amigo del presunto implicado (quizás mentir no sea delito, pero no debería ser propio de un presidente), y, tercero, que no es el que aparece en las grabaciones que difundieron los medios de comunicación con el mismo presunto implicado (tener una conversación para la que no encuentro adjetivo suficientemente descriptivo puede no ser delito, pero me hace sentir vergüenza).

Es muy fácil y sencillo de responder. Que no me hable de filtraciones (vuelven a ser problemas personales suyos con la justicia) ni de lo que hagan otros partidos. El presidente de mi comunidad es Camps y va siendo hora de valorar no sólo las sentencias de los jueces, sino también la ética de las personas, máxime cuando ocupan cargos de responsabilidad pública. Hay mucho en juego.