Una farsa sobre agua con traca

El periodo de sesiones arrancó ayer en las Cortes "con traca", en palabras de Mónica Oltra, portavoz de Compromís, pero no tanta como la que había previsto el PP. La reprobación de María Teresa Fernández de la Vega, vicepresidenta del Gobierno, "por su complicidad en el mantenimiento de la fecha de caducidad del trasvase Tajo-Segura" se vio empañada por las enmiendas que PSOE y PP plantearon al Estatuto de Castilla-La Mancha en el Congreso de los Diputados.

Ricardo Costa, portavoz del PP, atacó a "la política más antitrasvasista de Europa", "la pluma más rápida del Boletín Oficial del Estado" y "forense acreditada del trasvase".

Pero todos los grupos de la oposición subrayaron el absurdo suponía un debate planteado para salvar la cara a María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, presidenta del partido en Castilla-La Mancha y parte activa de la redacción del texto que plantea la caducidad del trasvase Tajo-Segura.

"Las enmiendas del PP y del PSOE al Estatuto son idénticas", esgrimió Mónica Oltra, "¿de qué estamos hablando?" Lluís Torró, de Esquerra Unida, también lamentó la apuesta victimista del PP.

Y Ángel Luna, portavoz socialista, dictó una lección de "parlamentarismo liberal" para lamentar que Francisco Camps, presidente de la Generalitat, "crea que entronca directamente con Jaume I" y se permita iniciativas que solo pretenden "masacrar las Cortes" a través de una estrategia destructiva de reprobaciones.

Los socialistas evitaron participar en la votación de una iniciativa que Luna tachó de "farsa".