"Fue una sensación infantil, como hacer bien los deberes"

Había batido el récord nacional aquel año, pero nadie confiaba en que lograse medalla en Barcelona 92. Antonio Peñalver (Alhama, 1968) lo recuerda con la emoción del regalo inesperado. Ahora dirige la política deportiva del gobierno de Murcia.

Pregunta. Y llegó Peñalver para romper con el tópico del español bajito, corredor de fondo...

Respuesta. Algunos extranjeros se preguntaban de dónde había salido yo, con mi 1,94m.

P. ¿Cómo llegó a alcanzar un nivel tan alto?

R. Nuestro grupo de entrenamiento copiaba el modelo de la República Democrática Alemana, basado en la fuerza, aunque no sabíamos entonces de sus ayudas externas.

P. A usted le dejó la medalla más inesperada del atletismo español.

R. Era séptimo del ránking mundial, pero con 23 años iba todavía de joven adelantado. Fue una alegría, pero también un alivio. Entrenaba en Alhama y no paraban de preguntarme, '¿ganarás medalla, no?'. Quizás habría sido mejor aislarme.

P. No se quejará del resultado. Ni de la fiesta posterior.

R. No dormí nada. Después regresé a la Villa Olímpica para pasear solo. Necesitaba serenarme. La prueba se disputó a 30 grados y con una humedad brutal. ¡Perdí cuatro kilos!

P. ¿Cuál fue la prueba clave?

R. El disco. Esos 49,68m me afianzaron en la segunda plaza. Ahí supe que la plata era mía.

P. Marcó al estadounidense Dave Johnson en el 1.500m final como si fuera baloncesto.

R. Si Johnson quería mi plata debía sacarme 17s, así que me pegué detrás. Tanto, que aún recuerdo su camiseta. Tuve momentos de desconcierto; veía atletas delante y pensaba, ¿a ver si estoy obsesionado con éste y resulta que otro me quita la plata?

P. Sus amigos Javier Benet y Álvaro Burrell le abrazaron nada más cruzar la meta.

R. Nos entrenábamos juntos, y se alegraron como si fuera su medalla. Fue una sensación infantil, como hacer bien los deberes.

P. Su vida se disparó...

R. ¡Yo era de pueblo! Me costó adaptarme. Me faltó quien me cogiera de la oreja o me diera una patada en el culo. Y además, como era bruto y compulsivo, mi afán por recuperarme me provocó varias lesiones.

P. ¿Peñalver tiene relevo?

R. Benet batió mi récord, pero temo que durará mucho tiempo. Tengo esperanzas con Eusebio Cáceres, un portento de 17 años que corre 100m en 10,60s, y salta 7,86m en longitud.

P. ¿David Gómez podría imitar en Pekín su hazaña del 92?

R. Entró con la mínima B. Creo que para él sería un éxito estar entre los 16 primeros.