La sardina, de 0,30 euros en origen a 6 en la plaza

Carlos, pescadero de la plaza de abastos de Santiago, saca facturas para demostrar que no miente: "Compro el lenguado en la lonja a 23 euros el kilo y lo vendo a 27. Y del margen tengo que sacar un 10% de impuestos, y el sueldo de dos empleadas, y la luz, y el alquiler del puesto, 300 euros al mes, y el gasoil que me dejo recorriendo las lonjas. Las de noche, como Vigo y A Coruña, y las de tarde, como Ribeira, Rianxo, Muros o Celeiro".

En Santiago empieza a acusarse la huelga. Hay poca variedad y los precios han subido en tres días. La pescadilla, de 7,50 a 9 euros. El sargo, de 8 a 12. Y los vendedores se solidarizan con los marineros: "Están quemados por los armadores y los mayoristas", asegura Toño, que antes que pescadero fue pescador. Toño dejó el mar porque estaba harto de ver cómo la sardina que a él le pagaban a 0,30 euros se vendía a 6 en la tienda. "Los intermediarios, a lo que le sacan más ganancia, es al pescado pequeño, porque el grande ya es caro en origen", explica. "Te quedas tonto cuando ves que la misma caja de xurelos que a ti te pagan a 12 se vende a 39 en la lonja, ¡a sólo 300 metros del barco! Esto todo se arreglaba si los marineros montasen cooperativas".

La lonja de Ribeira tiene fama entre los que asisten a las subastas de ser la más cara de Galicia, y aquí, en Santiago, los pescaderos hablan de aquellos armadores. "Para nosotros también sube la gasolina, y mientras a ellos les subvencionan el combustible, más de la mitad del precio del barco y la seguridad social de los trabajadores, tenemos que ver cómo hacen edificios y pasean en coches de 40 millones de pesetas", protesta Carlos. "Lo que no sabe la conselleira es que por cada 300 cajas que venden en lonja, colocan 700 por fuera sin declarar".