Criaturas salvajes

La banda de los hermanos Arizaleta posee una de esas cualidades que no son demasiado corrientes dentro del panorama independiente hispano: personalidad. Es cierto que los rastros de Pixies o The Jesus and Mary Chain no son demasiado difíciles de detectar en su discurso, pero la forma que tienen de ensamblarlos con bases electrónicas inmisericordes, recursos instrumentales insospechados y textos absolutamente malsanos y retorcidos, hacen de El Columpio Asesino una de las bandas más singulares e imprevisibles de nuestra escena. El reciente La Gallina, tercer álbum de la banda, es una buena muestra de ese carácter poco convencional, un notable disco que se aleja conscientemente de sus predecesores, apostando por una oscura intensidad que promete fuertes emociones en directo. Porque precisamente el directo es uno de sus principales puntos fuertes, desde que se dieran a conocer como ganadores del certamen Proyecto Demo del FIB 2001 hasta el momento presente, en el que pueden presumir de haber compartido escenario con gente tan dispar como Sonic Youth, Jamiroquai o Chemical Brothers y haber girado el pasado año por México. Este año, a falta de que su presencia se confirme para alguno de los macrofestivales del verano, bueno será disfrutar de una gira que anoche pasó por Aspe (Alicante) y esta noche recala en Valencia. Avisados quedan.