Decretazo

Qué vergüenza comprobar cómo una clase política que se dice progresista sigue manteniendo las clases de religión dentro del horario escolar, sin importarle que en comunidades como Galicia se supriman horas de otras asignaturas, como educación física, filosofía e historia.

Qué vergüenza asistir a la pasividad de unos padres que hasta hace muy poco se manifestaban contra la asignatura de Educación para la Ciudadanía y ahora ni se inmutan porque sus hijos pierdan horas lectivas de las asignaturas anteriormente mencionadas para colocar una hora de "catecismo" en primero y segundo de bachiller respectivamente.

Qué vergüenza pertenecer a un gremio de zombies a los que hace tiempo que dejó de interesarles su trabajo, hasta el punto de reconocer en privado que este decretazo en la enseñanza pública gallega es aberrante, pero prefieren quedar en silencio antes que apoyar una huelga y para ello responsabilizan a los políticos y a los sindicatos de sus miserias de funcionario de carrera y sin más horizonte ya que la feliz jubilación.

Qué vergüenza tener que trabajar día tras día en la enseñanza pública sin que nadie valore ni respete tu trabajo y a expensas de una clase política irresponsable, a la que no le importa inventarse asignaturas como "Ciencias para el mundo contemporáneo" (qué impostura) con la que pretenden dar barniz científico a los alumnos de humanidades.