Los barones aceptan su escaso papel

Si Zapatero ha tenido manos libres en su partido durante los cuatro anteriores años para desarrollar su proyecto, después de su segunda victoria, el pasado 9 de marzo, ya no tiene un cheque en blanco, sino "todo el talonario". Esta reflexión de un dirigente territorial del PSOE resume la aceptación natural con la que han reaccionado los barones socialistas al conocer la identidad de los miembros del nuevo Gobierno de su secretario general. La cuota territorial para formar gobiernos empieza a ser ya un concepto del pasado. Sí, hay ministros catalanes, y siempre los habrá, aunque los elegidos siempre suelen tener una afinidad muy estrecha con el presidente. Es el caso de Carme Chacón, titular de Defensa, y también de Celestino Corbacho, que goza de un amplísimo predicamento en Madrid.

"El Gobierno que ha hecho Zapatero es para todos los españoles, no es para ninguna comunidad en concreto, ni se ha hecho para defender a unas autonomías frente a otras", aseguró ayer José Blanco. A este político no le consta que haya malestar por algunos nombramientos de personas no vinculadas a la actividad de partido, aunque todos los nuevos son militantes, menos Cristina Garmendia, titular de Ciencia e Innovación.

Los ministros proceden de nueve comunidades y eso es lo relevante para Zapatero, según fuentes socialistas. Se trata de que España sí esté reflejada pero no las federaciones socialistas, insisten en este partido. Zapatero se comprometió ante los suyos a ser fiel al programa refrendado por las urnas y a tener en cuenta que son "socialistas". Así lo dijo ante el comité federal y ante el grupo parlamentario. Eso es suficiente, señala un presidente autonómico.