Rebelión a bordo de un crucero

Diez años estuvo Ulises perdido en el Egeo tras la guerra de Troya. Los 1.200 españoles que la semana pasada se embarcaron en el crucero Sky Wonder no llegaron a tanto. Pero en sólo siete días llegaron a sentirse tan desamparados como el héroe griego.

Los pasajeros procedían de todos los puntos de España. Había matrimonios que celebraban sus bodas de plata, enfermos en recuperación, parejas de novios... El programa, contratado con la empresa Pullmantur (entre 900 y 2.000 euros por cabeza) consistía en volar hasta Atenas el pasado día 16, embarcar y visitar Patmos, Rodas, Bodrum (antigua Halicarnaso) y Kusadasi (vieja Éfeso). El día 22, los turistas atracarían en Estambul y, tras una visita a la ciudad, volarían de vuelta a España.

El capitán apareció rodeado de una escolta con porras y fue increpado

El segundo día se produjo la primera contrariedad: el Sky Wonder pasó de largo ante Patmos. Los pasajeros protestaron, pero, aunque apenas había olas, la tripulación adujo mal tiempo.

El día 19 el barco atracó en Rodas, y el 20, en Bodrum. Pero en lugar de zarpar de la antigua Halicarnaso a las siete de la tarde, como estaba programado, no lo hizo hasta la mañana siguiente. Ese día, el 21, estaba prevista una parada en Kusadasi, pero el barco pasó de largo. Por los altavoces, la tripulación anunció que el desembarco era imposible debido, otra vez, al mal tiempo.

Los pasajeros, que veían el mar brillante y calmo como un plato bajo el sol radiante, montaron un escándalo. Pidieron hojas de reclamaciones, pero les contestaron que no había suficientes. El capitán, que sólo compareció tarde y rodeado de una escolta armada con porras, se negó a dar una explicación y fue increpado.

De vuelta a España, los viajeros han creado un sitio web (afectadospullmantur.es) para centralizar todas las quejas y testimonios. Consideran que han sido víctimas de "un timo", y han contratado a un abogado con vistas a presentar una demanda contra la naviera. Ésta emitió ayer un comunicado en el que achaca la cancelación de las escalas "al mal tiempo y vientos fuertes (de hasta 140 kilómetros/hora)".

Un crucero de pesadilla