Un terrorista muy alto y delgado

La Ertzaintza (policía vasca) analizaba ayer las imágenes del atentado de ETA en el juzgado de Paz de Sestao (Vizcaya), en las que se ve a una persona de más de 1,90 de estatura colocar la bolsa con el explosivo en la puerta de acceso al juzgado, según fuentes policiales. Jurdan Martitegi Lizaso, de 27 años, mide casi dos metros y pesa sólo 85 kilos.

La policía ya había descartado que Martitegi y su compañero de comando, el también liberado Arkaitz Goikoetxea Basabe, hubieran cruzado la frontera para huir a Francia, como se pensó en un principio. La altura y delgadez del terrorista, que pueden apreciarse en las imágenes, hacen pensar a los expertos policiales que pudo ser Martitegi quien colocara el artefacto, compuesto por más de tres kilos de amonal y activado con un temporizador. Pero la calidad de la imagen no es tan buena como para afirmarlo sin ninguna duda. Es una hipótesis. La Ertzaintza relaciona a ambos terroristas con los atentados del 24 de agosto contra el cuartel de la Guardia Civil en Durango y del 11 de noviembre contra los juzgados de Getxo, donde colocaron una bomba trampa para asesinar a los ertzainas. Todos los partidos, salvo la izquierda abertzale, condenaron el último ataque, tildado de "salto cualitativo" por el consejero de Justicia, Joseba Azkarraga, que visitó a primera hora el lugar.

Los vecinos mostraron su hartazgo por la vuelta de los atentados. José Antonio, que regenta la carnicería Beitia, situada frente al juzgado, acudió poco después de la explosión a su negocio. "¡El único día que no tengo que madrugar y ya ves! Estaba todo lleno de polvo, sucio, y los cristales han saltado", se lamenta. "Vaya susto hemos pasado", decía una joven con su bebé de tres meses al salir del portal, que tenía los cristales rotos.