Un plan garantizará durante más meses cítricos en el mercado

La oferta de cítricos valencianos se concentra actualmente en un periodo corto del año, principalmente entre noviembre y enero. Y hay muchos meses en los que se produce una escasez de fruta pese a que el consumidor sigue demandando cítricos. El exceso de oferta, además, rebaja el precio que cobra el agricultor por la fruta. Un plan, impulsado conjuntamente entre la Consejería de Agricultura y el ministerio del ramo, pretende cambiar esta situación y alargar la campaña de comercialización. En definitiva, trata de que haya cítricos valencianos en el mercado durante más meses y que la campaña citrícola no termine en febrero o marzo sino que se prolongue incluso hasta junio. La medida, finalmente, repercutirá en una mejora de la cotización de la fruta. Un tema que no es baladí, ya que el sector se enfrenta desde hace varios años a la peor crisis de precios de su historia.

El plan de la Consejería de Agricultura ya ha supuesto que el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) ponga a disposición de los viveristas cinco nuevas variedades de cítricos. La intención es pagar la reconversión varietal. El Ministerio de Agricultura (MAPA) cofinanciará este plan que ha previsto a nivel nacional. La intención del MAPA es que todas las comunidades autónomas productoras de cítricos se beneficien de ayudas para abordar esta reestructuración.

El secretario de Agricultura, Josep Puxeu, habló ayer sobre la puesta en marcha de este plan en una reunión mantenida en Madrid con la consejera valenciana del ramo, Maritina Hernández. Puxeu aseguró que el próximo 28 de noviembre, en Valencia, podrá hacer pública la propuesta de aplicación de esta iniciativa, que tendrá una duración de ocho años. Recordó que en las próximas semanas se seguirá trabajando en consenso con los sectores y recordó que al tratarse de ayudas nacionales "es necesario compatibilizarlo con la legislación comunitaria".

Tras la reunión, Hernández se felicitó de los avances respecto al plan, que afectará a toda la superficie nacional y en particular a la citricultura de la Comunidad Valenciana, según informa Efe. Entre los flecos que ahora quedan por decidir está la aportación concreta de cada Administración para la aplicación del plan. La intención, en cualquier caso, es que al agricultor no le suponga un esfuerzo económico realizar un cambio de variedades.