Salamanca

Una vez más, el alcalde popular de Salamanca, Julián Lanzarote, se sitúa en el centro de la polémica. Por desgracia, en múltiples ocasiones han sido sus desafortunadas palabras el motivo.

Pero el motivo de esta carta es otro; el alcalde de Salamanca ha decidido incrementar las tasas de manera salvaje. Como ejemplo de ello, la subida de un 80% del bonobús, de un 19% del IBI y un 35% de la recogida de basuras. La reacción ciudadana no se ha hecho esperar, más aún, habiendo conocido recientemente que el equipo de gobierno popular ha dejado prescribir millonarias multas a ciertos constructores. Como respuesta, el portavoz municipal Fernando Rodríguez calificaba la subida como un "esfuerzo limitado". La falta de sensibilidad hacia los 80.000 salmantinos que ganan menos de mil euros al mes resulta descorazonadora. A su vez, Lanzarote ha despachado las críticas con un "el día que empiece a dar caña me quedo solo", que dadas las circunstancias, supone un ejercicio de prepotencia y mal gusto impropio del cargo que ocupa.

Ojalá, en un ataque de lucidez, decida dar marcha atrás a semejante atropello. Resulta injusto que seamos los ciudadanos los que padezcamos estas formas y estas políticas.