"Los únicos que dieron la cara fueron los bomberos"

"El tren se quedó sin luz. Había grandes chispas. Abrieron las puertas con el sistema de emergencia y algunos viajeros salieron andando hacía la estación de Bellvitge, que estaba a 500 metros. Llovía mucho, la gente saltó como pudo y se marchó". Así resumía Dani Soler su experiencia en uno de los trenes averiados el jueves. En declaraciones a Catalunya Ràdio, Soler se quejó de la actitud de los trabajadores de Renfe y elogió a los bomberos: "Los únicos que dieron la cara fueron los bomberos. De Renfe, nada. Algún vigilante intentaba dar explicaciones, pero se iban contradiciendo". Los usuarios que bajaron del tren en Bellvitge, según el viajero, "se jugaron la vida", ya que en su salto "podrían haber pisado la catenaria". Soler decidió no arriesgarse y quedarse dentro del tren hasta que, tres horas después, una locomotora diésel los rescató.

La situación en la estación de Sants era caótica el jueves por la noche. A la agitación por las demoras de los trenes se sumaba la indignación de los usuarios por la falta de información: "Reclamamos un poco de información, no sabemos qué debemos coger", decía Jordi Català en la cola de atención al cliente. "Estoy aquí porque voy a quejarme, tengo ganas de incordiar a Renfe", aseguraba. Otros viajeros preferían resignarse y tomarse la situación con humor: "En medio del desastre de Sants conocí a Irene y a Eloy. Gracias, Renfe, por conseguir que haga amigos", declaraba Raquel Hernández.

Por otra parte, ayer por la mañana un árbol cayó junto a la vía en el tramo comprendido entre las estaciones de Balenyà y Centelles (Osona), informa David Fleta. El incidente no obligó a cortar la circulación, pero sí forzó a reducir la velocidad de los trenes, lo que causó retrasos de 15 minutos. El problema comenzó alrededor de las siete de la mañana. Operarios de Renfe se desplazaron al lugar para retirar el árbol y a las once de la mañana los trenes recuperaron la normalidad.