La seguridad de un túnel cambia según su dueño

El túnel de Vielha ha sido construido con una amplitud suficiente para admitir tres carriles: uno en cada sentido y el tercero en el centro, reversible en función de las necesidades. No será así. Tendrá sólo un carril en cada sentido, en cumplimiento de la normativa de seguridad aprobada el pasado año por el Ministerio de Fomento. Si el túnel, en vez de estar en una carretera general que une España y Francia y, por tanto, depender del Gobierno central, estuviera en una secundaria y fuera de otra administración (Generalitat, diputaciones), podría tener tres carriles sin ningún problema.

La normativa que obliga a que el túnel de Vielha tenga sólo dos carriles es de 2006. Antes, en 2004, la Unión Europea dio instrucciones para aumentar la seguridad de los túneles. Pero las disposiciones comunitarias no impiden túneles de tres carriles.

Una forma de salvar el tercer carril de Vielha es traspasarlo a la Generalitat

En Cataluña hay un túnel con alta densidad de tráfico que tiene tres carriles y otro en construcción que los tendrá. Lo que ocurre en ambos casos es que la titularidad de estas obras es del Gobierno catalán, cuya normativa no es tan drástica como la establecida por el Gobierno central. El primero de los túneles citados es el de Vallvidrera, que en su tramo de mayor actividad (el que conecta con Via Augusta, ya en Barcelona) tiene tres carriles y el central se habilita en uno u otro sentido en función del tráfico. El túnel en construcción que tendrá tres carriles es el de Bracons, entre las comarcas de Osona y Garrotxa.

Un portavoz del Departamento de Política Territorial señaló que no se piensa tocar el túnel de Vallvidrera ni se actuará en el de Bracons. Uno seguirá como está y el otro se terminará como se está haciendo. "Cumple las normas de seguridad". La misma fuente ironizó sobre la posibilidad más sencilla para salvar los tres carriles del túnel de Vielha: "Que lo traspasen a la Generalitat por un método de urgencia y no habría que tocar nada".

En cambio, no habría que entregar al Gobierno central ni Bracons ni Vallvidrera porque la consecuencia sería que perdería un carril de forma casi inmediata.

Los ciudadanos de la Val d'Aran no entienden demasiado bien el conflicto, aunque dan el carril por perdido y confían en que Fomento sea sensible a sus peticiones para mantener activo el viejo túnel de modo que pueda ser utilizado por camiones. Porque en el traspaso tampoco creen. Les falta fe.