Los socialistas denuncian la "agresión patrimonial" a la nave que albergará la iglesia de 'mártires del 36'

El concejal socialista de Valencia Juan Soto denunció ayer que la obra que convertirá una de las antiguas naves de Cross en una iglesia dedicada a los beatos mártires de la Guerra Civil altera la configuración del edificio, una "joya del modernismo industrial". Según explicó Soto, se ha "incrustado" en la nave un campanario de 28 metros de altura "que supone una grave alteración" de la estructura original e incumple las exigencias de un inmueble con nivel de protección 2. Además, indicó Soto, se están utilizando "materiales ajenos" en la cubierta y en otros elementos de la nave, lo que implica a su juicio una "agresión patrimonial y una falsificación histórica" de un ejemplo representativo de la arquitectura industrial. El concejal de Urbanismo, Jorge Bellver, rechazó la denuncia y recordó que la obra tiene "el visto bueno de la comisión municipal de Patrimonio".
Soto también criticó de nuevo las facilidades que ha dado el Consistorio del PP al arzobispado para construir la iglesia a los mártires del 36, que se dedicará "a las víctimas de un bando mientras se niega el reconocimiento al otro".
El Ayuntamiento cedió el suelo y la nave de Cross a la Iglesia junto a otras seis parcelas a cambio del solar arqueológico de L'Almoina. El proyecto incluía en el sótano un gran columbario para urnas de cenizas, una iniciativa que el arzobispado estudiaba extender a otras nuevas iglesias y que supondrían una nueva fuente de ingresos. Finalmente, los nichos en el sótano de la iglesia se han desechado, según confirmaron ayer desde el arzobispado. Juan Soto, que había hecho comentarios sobre el columbario, aseguró al conocer que se ha descartado que hace dos días los técnicos municipales aún contaban con que se construyera. En opinión de Soto, el proyecto y los términos de la licencia se habrían modificado "sin conocimiento del Consistorio".
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