Un empresario, exculpado de la muerte a tiros de dos atracadores

La juez que ha instruido la investigación del asalto al chalé de Canals (Valencia) propiedad de un yerno del que fue fundador de Ferry's (fabricante de las famosas camisetas), en el que murieron dos de los asaltantes por disparos del dueño de la casa, ha estimado la legítima defensa y exculpado, por tanto, a Francisco Ramírez de los cargos de los que estaba acusado. El auto de conclusión del sumario declara así "no procesado" a Ramírez, y acusa a 12 de los 17 detenidos por unos hechos que ocurrieron el 4 de enero de 2006.

Francisco Ramírez, empresario, casado, estaba en su casa cuando a las 20.15 de aquel día, un grupo de atracadores logró saltar el muro de su casa, a pocos metros del puesto de la Guardia Civil. Primero accedieron a la casa que ocupaban los cuidadores y un hijo del matrimonio y, tras amordazarlos, se apoderaron de la llave de acceso al chalé.

Una vez dentro de la vivienda principal, redujeron al matrimonio, a Ramírez y a su esposa, los amordazaron en el salón y registraron la casa. Dos de los atracadores obligaron a Ramírez a abrir la caja fuerte, que se encontraba en la habitación principal, en la primera planta. Ramírez, aficionado al tiro, también guardaba una pistola y disparó a sus dos acompañantes. Uno de ellos falleció en el acto. El otro, tras agredirle en el abdomen con un arma blanca, pudo huir de la habitación aunque murió, desangrado, en el patio trasero de la casa.

La investigación de los hechos acabó con la detención de 17 personas. Entre ellas, y como supuesto cabecilla de la operación, fue arrestado un abogado con el que Ramírez tenía cierta relación, y se practicaron detenciones en Valencia y Madrid. El empresario fue imputado por dos delitos de homicidio, prestó declaración el 10 de enero de 2006 y fue puesto en libertad provisional sin fianza.

La imputación de Ramírez pendía de la proporcionalidad de su acción, disparar a los atracadores, con la amenaza de la que fue víctima. La juez ha entendido que sí fue proporcional, la mujer de Ramírez permanecía amordazada en el salón con varios de los atracadores mientras él abría la caja fuerte.