Apoteosis de orquestas en el corazón de Suiza

Desde hoy y hasta el 16 de septiembre se celebra el Festival de Lucerna, la mayor concentración, en cinco semanas, de orquestas y directores que uno pueda imaginar. Claudio Abbado dirigirá a la orquesta del festival en dos ocasiones: la primera, a partir de hoy, con la Novena, de Beethoven, y la segunda, desde el 18, con la Tercera, de Mahler. La orquesta y Abbado viajarán a Nueva York a comienzos del otoño.

"El tema principal de programación de esta edición lo hemos denominado Orígenes", afirma Michael Haefliger, director artístico y ejecutivo del festival. "Tratamos de reflexionar sobre las raíces de las obras maestras de la historia de la música, no solamente para saber más acerca de dónde venimos, sino también para interrogarnos sobre adónde vamos".

Rattle con la Filarmónica de Berlín, Barenboim y Dudamel con la Filarmónica de Viena, Haitink con la Concertgebouw de Amsterdam, Levine con la Sinfónica de Boston, Jansons con la Radio de Baviera, Tilson Thomas con San Francisco, Chailly con la Gewandhaus de Leipzig, Mehta con Israel, Temirkanov con San Petersburgo o Colin Davis con la Sinfónica de Londres son algunas de las combinaciones estelares de este espectacular desfile sinfónico. "Para nosotros es muy importante la música más cercana a nuestro tiempo y la atención a los intérpretes jóvenes", dice Haefliger.

El compositor y director de orquesta húngaro Peter Eötvös es este año el "compositor en residencia". Jonathan Nott y Pierre-Laurent Aimard son los artistas estrella. Al compositor Ligeti y al cineasta Tarkovski se les dedicarán varias sesiones de homenaje. Entre los estrenos, cabe destacar el segundo concierto para violín, de Sofia Gubaidulina, con Anne Sophie Mutter de solista y Rattle dirigiendo. Boulez estrenará asimismo la última composición para violín y orquesta de Eötvös.