Emilio Fontela, economista y profesor
Fui dándole largas y la realidad es que no tuve el valor necesario para ir a verle antes de que muriera. No encontraba nunca el momento para hacerlo, en realidad no quería verle enfermo. Probablemente lo que quería es recordarle como le estoy viendo ahora, sonriente, con su mirada brillante e inteligente, rápida e intuitiva, y seguir viéndole así como el hombre que era, cariñoso y amigo sin reservas. Emilio sabía todo sobre la economía, sobre sus leyes y su historia; y no se le escapaba nada que fuera importante: los brainwokers, la nanoteclogía, el medioambiente, lo que fuera, pero tengo la impresión de que no le gustaba como iban las cosas en el mundo.
Y sabía muy bien cómo iba el mundo. Sus contactos internacionales eran incontables, pero la Semana Santa de Sevilla no se la perdía por nada del mundo. Era global y local, como él solía decir. Miembro del Grupo de Lisboa, tenía bien claro que el mercado por sí sólo no estaba en condiciones de resolver los problemas de la globalización y apelaba a las fuerzas sociales para enfrentarse a esa situación inédita en la historia del mundo. Siempre recurríamos a Emilio cuando hacía falta encontrar soluciones fiables; cuando lo que se necesitaba era la chispa de la creatividad, la rapidez fulgurante para encontrar salidas a cosas que parecía que no la tenían; había que llamarle. Emilio siempre respondía con generosidad y buen ánimo, y el mejor tino. Fue decisiva su participación en la creación de Cotec y hay que recurrir a los informes anuales que él redactaba para conocer el derrotero real sobre la evolución del desarrollo tecnológico en España. La historia de la Fundación Universidad Empresa de Madrid tampoco podría entenderse sin su constante participación; pero la realidad es que muchas iniciativas en las que él intervino, como el Grupo de Alcántara, no serían imaginables si no hubieran contado con su impulso y su anticipadora visión de la economía y de la sociedad. En los últimos años, su despacho de la Universidad Antonio de Nebrija era un hervidero de ideas y proyectos: la economía de Madrid, Marruecos...
Antonio Sáenz de Miera es director de la Cátedra de Responsabilidad Social de la Universidad de Antonio Nebrija.

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