Tarde deportiva

Tarde deportiva en televisión. Nadal ganando por tercera vez el Roland Garros (TVE-1) y pinchazo de Alonso en Canadá (TV-3 y Tele 5). El esfuerzo físico del atleta es mucho más visible, y audible, en el tenis que en la fórmula 1. Pero la sensación de fatiga se incrementa mucho más viendo el partido en televisión que en directo, en el estadio. Porque en televisión, Nadal no descansa nunca. Cuando en la pista se sienta entre juego y juego, en la pantalla el avatar del tenista aprovecha el tiempo para anunciar videojuegos, coches, refrescos, ropa deportiva y relojes. Por suerte, tanto esfuerzo televisivo no hizo mella en el deportista, en París. Esa misma sensación de continuidad se tiene con los anuncios que acuden a los mismos actores de una serie para que anuncien productos en los intermedios de ésta. Pasó el domingo con La que se avecina (Tele 5) con uno de los personajes tomándose un zumo y filmado en el mismo entorno y con una estética similar a la serie.

En la noche del sábado, después de Barça-Español y surfeando por Digital + topé con Viridiana en el canal de cine español. La película de Buñuel todavía guarda lecciones. La más clara es que viendo esta enorme pieza de arte visual adviertes la cantidad de imágenes inútiles e historias sin ninguna persistencia, olvidables, que tragamos diariamente.

Un caso de durabilidad, aunque de otro tipo, es el del programa El escarabajo verde, en La 2. Este fin de semana cumplía 10 años de emisión semanal dedicado a los asuntos medioambientales. Y para celebrarlo han hecho dos programas especiales. No han conseguido salvar la foca monje en las costas españolas (los días y horas de emisión tampoco propician grandes convocatorias), pero el programa se mueve mucho por ahí y teje una red de testimonios notable. El programa de aniversario demuestra que las ilustres voces invitadas son a veces emocionalmente menos nuevas que el testimonio de víctimas anónimas del desorden y la agresión ambiental.