La división de Metrovacesa "cogió" a seis mil accionistas La cotización de la inmobiliaria cae un 40% desde diciembre

Seis mil accionistas de Metrovacesa sufrieron las consecuencias de la batalla interna entre la familia Sanahuja, por un lado, y Joaquín del Rivero y Bautista Soler, por otro, que desembocó en un acuerdo para dividir la empresa el pasado mes de febrero, un pacto que debe refrendar la próxima junta general de accionistas. "Pagamos un precio por la separación", confesó ayer Del Rivero, "y unos 6.000 accionistas que nunca quisieron vender, se vieron cogidos".

La pornografía infantil y la exhibición de vídeos ilegales serán objetivos prioritarios

Metrovacesa, la primera inmobiliaria española, se vio envuelta a lo largo de todo el año pasado en una lucha entre sus primeros accionistas. Por un lado, la familia Sanahuja, que controlaba algo menos del 40% del capital. Por otro, Joaquín del Rivero y Bautista Soler. La cotización bursátil de Metrovacesa alcanzó los 133 euros por acción a finales de 2006. "En 2005, los analistas recomendaban vender a 90 euros, en 2006, a 120", comentó Del Rivero.

Bancaja, que controlaba poco más del 5% de la inmobiliaria, vendió toda su participación el pasado mes de diciembre. El calibre de las plusvalías obtenidas disparó los resultados de la caja valenciana en 2006. Pero unos 6.000 "fieles accionistas" de Metrovacesa obviaron los consejos de los analistas y conservaron sus acciones. La cotización de Metrovacesa apenas superaba ayer los 80 euros por acción y ya se ha anunciado que la primera inmobiliaria española abandonará en breve el índice selectivo del Ibex 35 por su pérdida de volumen.

Del Rivero participó en una jornada organizada por la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros en torno a diversas vertientes del liderazgo que congregó en Valencia a media docena de presidentes de grandes compañías.

Tiempos de crisis

El presidente de Metrovacesa ofreció una disertación sobre el liderazgo en momentos de crisis. Del Rivero bromeó en torno a las ofertas de compra que ha sorteado en los últimos años y aseguró que las crisis bursátiles y las de mercado se deben abordar igual.

Si la característica de una crisis es una quiebra en la regularidad del trabajo, el liderazgo "es consustancial a las crisis", sentenció Del Rivero. Cuando se quiebra la rutina, "aflora la emoción" entre los afectados. Y en ese momento se debe constituir un "equipo de crisis" que afronte los retos "al margen de la faena diaria".

El presidente de Metrovacesa apuntó cómo los medios de comunicación, "que no suelen tener información fidedigna", modelan la opinión de los empleados, los accionistas, los clientes, incluso los bancos. En ese momento se debe acudir a asesores de comunicación para replicar las informaciones que filtran los rivales y aguzar el oído para anticipar los cambios de estrategia del enemigo. La única fórmula para mantener la confianza de los accionistas pasa por ofrecerles toda la información que requieran. Y esperar. "Una vez que la situación se disipa", siguió Del Rivero, "si uno gana, se siente muy reforzado".